Visita a la granja de renos y regreso al sur de Finlandia
Levi, 5 de marzo de 2018.
Parece mentira, pero hoy ha sido mi último día en Laponia. Ha llegado el momento de decir adiós y volver de nuevo a Savitaipale, mi hogar estas últimas semanas. A pesar de haber sido un día dedicado a viajar (he vuelto a pasar demasiadas horas en el bus…), no ha sido impedimento para visitar una adorable granja de renos.
Los renos y Laponia
Los renos son uno de los animales (y símbolos) más representativos de Finlandia, junto a los osos y los alces. Hace muchos siglos, la región de Laponia era territorio de indígenas, los Sami, un pueblo nómada que se movía en base a la migración de los renos. Elaboraban su hogar y su ropa con pieles de renos, utilizaban sus huesos para crear utensilios y se alimentaban de su carne y leche. La situación ha cambiado mucho desde entonces, pero este animal sigue siendo una parte esencial de la cultura lapona.
Hay unos 300.000 renos en Finlandia y, en el norte de Laponia, la cría de este animal sigue siendo para muchos la principal fuente de ingresos. Desde un punto de vista turístico, se ha convertido en una de las mayores atracciones de esta región, especialmente por las excursiones con trineo. Por eso, los pastores que tienen granjas de renos se dedican a cuidarlos y a entrenarlos.
Visita a la granja de renos
Nosotros hoy hemos visitado una de estas granjas de renos en Levi. Creo que nunca antes había visto un reno tan de cerca y son más grandes de lo que me pensaba. Había unos 8 renos y parecía una familia porque claramente podías ver cuál era el macho alfa, la hembra, los renitos pequeños… Eran bastante pacíficos pero también un poco pasotas porque apenas se movían de su sitio.
Algunos estaban comiendo…
Otros te observaban desde la lejanía…
Y otros directamente estaban durmiendo la siesta:
Les dimos de comer un poco del pienso que había por allí, aunque la única receptiva era la hembra de la familia. Eso sí, cuando terminó de comer se tumbó y comenzó a dar cabezadas del sueño que tenía.
De Levi a Jyväskylä
Después de la visita a la granja de renos fui a la parada del Hotel Levi Spa para esperar al autobús. Si has leído mi publicación sobre cómo crucé Finlandia en autobús para venir a Laponia, verás que no seguí precisamente la ruta más optimizada. Por eso, en esta ocasión decidí seguir la ruta «corta» pero directamente desde Levi, sin pasar por Rovaniemi:
Reservé el primer trayecto directo de Levi a Jyväskylä con la compañía Onnibus. El autobús salía a las 15:15 de la tarde, y el precio era de 37€. He de decir que pagué 2€ más por un asiento con mesa para estirar las piernas y escribir en el portátil. Normalmente no lo hago, pero el trayecto era de 11 horas y 55 minutos, haciendo solo las paradas obligatorias.
Durante todo el camino se podía ver cómo iba cambiando el paisaje a medida que íbamos bajando hacia el sur. En Laponia todo eran árboles nevados pero cuánto más al sur estabas, más verdes se veían. Definitivamente, está llegando la primavera.
A eso de las 18:30 o 19:00 de la tarde ya era noche cerrada. Aún así, se nota que los días son cada vez más largos porque cuando llegué a Savitaipale a las 15:30 o así ya era de noche. Por el este ya estaba todo oscuro, pero en el oeste todavía se apreciaba la claridad (que no tardaría en desaparecer).
Llegada a Jyväskylä
Llegamos a Jyväskylä a las 2:15 de la mañana. Este es el gran inconveniente del trayecto. Es cierto que es más directo, pero el primer autobús a Savitaipale no sale hasta las 6 de la mañana. A menos que vengan a buscarte en coche, necesitas un lugar para dormir. Créeme, estar en la calle durante horas en Finlandia en pleno invierno no es precisamente agradable. Además, la estación de autobús estaba cerrada y no podías quedarte dentro. Por no decir que los hostales no aceptan check ins a esas horas de la madrugada.
Sin embargo, fui bastante previsora…
Mi primera experiencia en Couchsurfing
Por primera vez, utilicé la plataforma de Couchsurfing. Para los que no la conocéis, se trata de una red que conecta a viajeros de todo el mundo. La idea principal es facilitar alojamiento los unos a los otros de manera gratuita y fomentar así el intercambio cultural.
Mi primera experiencia buscando anfitriones fue un poco fail. Me registré para buscar alojamiento en diferentes lugares de Laponia antes de venir a Levi, y no obtuve apenas respuesta. O eso, o no quedaba disponibilidad para las fechas que me interesaban.
Sin embargo, en esta segunda ocasión tuve la gran suerte de contar con un anfitrión maravilloso. Tuvo el gran detalle de venir a buscarme a las 2 de la mañana a la estación de autobuses, y esto es algo que no lo hace cualquier persona. ¡Le estaré eternamente agradecida! Aunque al principio no estaba muy segura de hacer Couchsurfing, esto ha hecho que tenga más confianza en la humanidad.
Después de dormir casi 8 horas, llegó la hora de continuar el camino a Savitaipale. Desde la casa hasta la estación de autobuses había unos 40 minutos andando y casi lo pierdo. Llegué justita pero bien, y ahora sí… ¡por fin de nuevo en casa!
Un granja de renos!!!! Qué cosa más mona!!!
Sí, aunque eran bastante pasivos eran de lo más adorables… ¡y no muerden! 😉