La segunda clase de finés, con examen incluido
Savitaipale, 2 de febrero de 2018.
Primero de todo… ¡es precioso levantarse y ver todo nevado!
Debo reconocer que al principio temía pasar frío por las noches, ya que fuera estamos alrededor de los -13º. Sin embargo, los cristales de las ventanas son gruesos, la calefacción está puesta todo el día y las sábanas son bastante calentitas. A diferencia de en España, he notado que aquí en Finlandia la ropa de cama están hecha para que no te congeles mientras duermes. No pasas frío en absoluto. Sin embargo, y para continuar con la tradición, duermo con unas 4 mantas encima. De esta forma, tienes el cuerpo calentito pero la cabeza fresquita, así que se duerme fenomenal.
El día de hoy ha sido bastante cansado, ya que he hecho la primera jornada completa de voluntariado. El total de horas que tenemos que trabajar a la semana son 25, pero puedes gestionarlo como quieras. Por ejemplo, puedes hacer más horas algunos días y luego tener más días libres o menos horas de trabajo. Aunque ha sido el primer día, estaba bastante motivada así que he hecho nada más y nada menos que… ¡¡¡7 horas!!!
El sistema de reciclaje en Finlandia
Antes de comenzar la jornada, hemos ido a tirar la basura y me han explicado cómo funciona el sistema de reciclaje. O lo que es lo mismo: dónde están los contenedores de basura. Es súper curioso porque para ser un pueblo tan pequeño tienen un sistema bastante completo. Hay un contenedor para cada tipo de basura (plástico, cristal, cartón…), cada uno con un botón de Start y de Stop. El funcionamiento es sencillo: tiras la basura al contenedor, pulsas Start y el sistema aplasta la basura para ahorrar espacio y rentabilizar la recogida. Además de esto, todas las familias tienen en casa diferentes papeleras o contenedores para reciclar.
En España esto es todavía una práctica en desarrollo pero en países como Finlandia o Canadá están mentalizados y tienen implementado este sistema en prácticamente todos los sitios, incluidos los pueblos pequeños. Hace un par de días, cuando estuve en el hostal de Helsinki me fijé en que allí también hacían lo mismo.
La primera jornada completa
Una vez hecho, comenzamos la jornada de trabajo. En realidad no hay mucho que contar ya que he estado todo el día planchando. Ropa, sábanas, fundas de almohada, y lo peor… ¡cortinas! Dios, es súper difícil. Por más que planchaba las cortinas seguían arrugadas porque estaban hechas de un material que era imposible de dejar de forma decente. Sin embargo, creo que no quedaron tan mal. Se supone que cada día (y durante la jornada) vamos alternando las actividades, así que mañana espero hacer cosas diferentes. Si no, me acabaré convirtiendo en una maestra planchadora…
El examen sorpresa de finés
Por la tarde hemos continuado estudiando finés. Antes de empezar la clase hemos hecho un pequeño examen para repasar lo que habíamos aprendido el día anterior. Para nuestra sorpresa, no ha sido tan desastroso y hemos interiorizado bastante bien los conceptos. La técnica de cantar para recordar siempre funciona, ya que se te queda todo grabado en la memoria y luego es más fácil acordarte. Después del examen de finés, hemos pasado a la materia: cómo hacer preguntas de sí/no, expresiones, gramática…y hemos hecho algunos ejercicios. Con la broma creo que hemos estado un par de horas estudiando. Como comenté en el post anterior, el finés no es excesivamente complicado pero sí es cierto que no es lo mismo que estudiar lenguas románicas. Tiene estructuras y palabras que no se parecen en nada a las demás lenguas.
Aparte de eso, por lo general ha sido un día tranquilito. Mañana por la tarde, si hace buen día, me gustaría terminar de trabajar antes para dar algún paseo por la nieve y conocer mejor el pueblo.
Si quieres ver más fotos sobre mi viaje a Finlandia, puedes echar un vistazo a mi cuenta de Instagram.