Rovaniemi: la primera toma de contacto
Rovaniemi, 26 de febrero de 2018.
El primer día en Rovaniemi ha sido bastante tranquilo. Siendo sincera, prácticamente no he hecho nada aparte de socializar con gente del hostal. Estaba agotada y quería recuperar energías para los próximos días, ¡porque quería aprovecharlos al máximo!
Cuando llegué a la parada de autobuses fue un poco desconcertante. Venía muy cansada del viaje, tenía mucha hambre y estaba un poco desubicada. Por eso, lo primero que hice fue comerme mi bocata de tortilla allí en la estación y mirar en el móvil cómo llegar al centro. Como dije en el post anterior, fui a la Coffee House ya que hasta las 14 de la tarde no tenía el check in y aún eran las 11 y poco.
En mi opinión, las indicaciones para llegar de la estación de buses al centro no son del todo claras. No es fácil ubicarse aunque esté al lado. ¡Suerte de tener Google Maps!
Alojamiento: el Wherever Hostel
El hostal en el que me alojaré estos primeros días es el Wherever Hostel. Está en la calle Kansankatu 10 y al principio me costó encontrarlo porque se entra por una especie de portal que no está señalizado. Así que estuve dando vueltas un rato hasta que la chica del hostal me vio y me abrió la puerta. ¡Menos mal!
No obstante, debo reconocer que ha sido todo un acierto porque es uno de los mejores hostales donde he estado. Normalmente, como apenas he viajado sola, me he alojado en habitaciones privadas con la otra persona. Raramente he ido a habitaciones compartidas, pero viajando solo es la mejor opción tanto a nivel económico como para socializar con otras personas.
El Wherever Hostel cuenta con habitaciones mixtas compartidas y privadas. Respecto a las compartidas, cada una tiene 3 literas (en total 6 camas). Cada habitación tiene un armario, dos mesitas, perchas, lámparas individuales y enchufes, así como un juego de toallas para cada huésped. En la mía de momento somos 2 señoras francesas, otra chica y yo.
El hostal tiene un salón con un gran sofá, mesa y sillas, un escritorio (con ladrón para enchufes e impresora); una cocina completamente equipada con nevera, microondas y utensilios para cocinar; un cuarto con la ducha y otro cuarto con dos lavabos. Todo está perfectamente decorado al estilo vintage y personalmente lo encuentro muy acogedor. Te sientes como en casa y el ambiente que se respira es tranquilo y jovial.
Primeros contactos
En este hostal he conocido a una de las personas que de momento están haciendo que mi estadía en Rovaniemi sea muy positiva. Se trata de un chico australiano con una trayectoria un tanto curiosa. Por lo que me contó, estuvo en la marina de su país durante 10 años y lo dejó todo para viajar por Europa. A día de hoy, sueña con tener su propio hostal de mochileros para conocer gente de todo el mundo.
Es un chico bastante peculiar en muchos sentidos, pero sin duda hay momentos con él que siempre recordaré. Sobre todo, sus continuos cubatas de ron y su “estoy borracho pero no soy alcohólico” y la búsqueda de auroras que explicaré más adelante.
El primer plan de la noche: auroras boreales
Esta tarde vi que el pronóstico de auroras boreales era de 3KP en Rovaniemi, así que lié a mi compañero para hacer expedición. Él había estado leyendo la revista sobre Laponia que nos dan en el hostal y había visto que uno de los mejores sitios para ver auroras era en el río Kemi. Así que quedamos para cenar (lasaña y pasta precalentada) y luego ver auroras.
Desde el hostal fuimos haciendo zigzag por las calles con dirección al norte. Pasamos por el McDonald’s, el museo Arktikum y por un puente antes de llegar al río. Allí nos encontramos con un chico japonés de nuestro mismo hostal que también había ido por lo mismo. Pero no era el único que estaba ahí. Para nuestra sorpresa, el río estaba lleno de gente en búsqueda de auroras. Había como pequeños grupillos, algunos cerca de la orilla, otros en el centro del río… Muchas personas llevaban cámaras con sus trípodes para captar el momento.
Caminamos un poco hacia el centro del río y allí estuvimos un rato mirando hacia el norte. No veíamos nada de nada. El cielo estaba despejado, pero se veían venir nubes desde el sur. Después de una media hora, empezamos a ver en el horizonte una especie de nube verde que atravesaba el cielo… Efectivamente no era una nube… ¡sino una aurora! Sabíamos que era una aurora (no existen nubes verdes, ¿verdad?) pero lo pudimos confirmar cuando el chico japonés nos enseñó una foto que había hecho con su Reflex. Allí se podía apreciar perfectamente el color verdoso.
Sí, era una aurora… pero sinceramente yo no lo cuento como “haber visto auroras” porque era muy tenue. ¡¡¡Quiero ver más!!!
Parada obligatoria en el McDonald’s de Rovaniemi
Después de un rato pasando frío en el río Kemi fuimos de vuelta al centro. Ahí pudimos comprobar la mala calidad que habíamos comprado porque estábamos muertos de hambre. Pero ante este problema hay una apuesta segura, y se llama McDonald’s. No importa que esté todo cerrado, que sea pronto, temprano… siempre habrá un McDonald’s abierto 24 horas. Para ser la hora que era, había bastante gente en el restaurante (incluyendo un tipo que iba un tanto borracho y no se tenía en pie).
Después de esta segunda cena volvimos al hostal en el centro de Rovaniemi. El suelo estaba súper resbaladizo por culpa del hielo y en más de una ocasión casi me vi en el suelo. No sé si mi compañero leerá esto en algún momento pero… he de confesar que él sí se resbaló en mitad de la calle jajaja. Lo peor de todo es que había personas por allí y hubo contacto visual… ¡Esta persona nunca olvidará “la gran caída”!
Pronóstico para los próximos días
Aunque no sé cuánto tiempo estaré en Rovaniemi, de momento hay dos cosas que quiero hacer sí o sí: el Husky Safari y visitar la casa de Papá Noel. ¡Ya os iré contando qué tal! 🙂
De momento, si no habéis leído mi último sobre mi viaje en autobús a Rovaniemi, os dejo aquí el enlace. Fue toda una odisea, ¡pero estoy convencida de que habrá merecido la pena!