Husky Safari por los paisajes invernales de Rovaniemi
Rovaniemi, 28 de febrero de 2018.
Hoy por fin he podido hacer una de las cosas que llevaba más tiempo esperando: ¡el husky safari! Después de pensármelo mucho y de comparar decenas de empresas que lo organizan, por fin tomé la decisión. La verdad es que no ha sido tarea fácil porque aunque sea una actividad muy atractiva, los precios no lo son tanto. Para que os hagáis una idea, yo no encontré nada por debajo de los 150€. Pero bueno, es una vez en la vida, y dicen que la vida es corta, ¿no?
En este post os cuento con qué compañía fui, cómo ha sido mi experiencia y cuál es mi valoración final.
Bearhill Husky y el tour Call of the Wind
Después de mucho buscar por Internet, finalmente me decanté por la compañía Bearhill Husky. Se trata de una empresa familiar que trabaja con perritos especializados en excursiones cortas o de día. Llevan muchos años en el sector: empezaron en 2003 y en 2012 se trasladaron a Rovaniemi, donde tienen el criadero y donde entrenan a los huskies para las excursiones.
Primero comprobé que tuvieran una valoración positiva en TripAdvisor, sobre todo a nivel de calidad/precio. De hecho, fue la compañía más barata que encontré.
Bearhill Husky ofrece varios tipos de tours tanto en verano como en invierno. Por ejemplo, tienen el Taiga Tour (para día completo), el Happy Trail (más familiar) o el Call of the Wind (de mañana o de tarde). Yo contraté este último porque me hacía mucha ilusión ver el anochecer desde los preciosos bosques nevados de Laponia. Por la mañana también hubiera sido increíble, pero bueno, todo es cuestión de preferencias.
A modo resumen, el Call of the Wind dura unas 4 horas y media, incluyendo la hora y media del husky safari, los traslados, etc. Comienza a las 14:30 de la tarde y termina a las 17:30 de la tarde. El precio del tour es de 159€ (aunque ahora veo que han subido 10€). Aquí os dejo toda la información al respecto por si le queréis echar un vistazo.
De camino al punto de encuentro
Para variar, salí súper tarde de casa y con el tiempo justo para comer algo e ir al punto de encuentro. Por suerte, Rovaniemi no es muy grande y todo está at a walking distance, así que opté por la opción más rápida y fácil: McDonalds. Nunca falla.
La furgoneta del tour me vino a buscar al Arctic City Hotel, uno de los hoteles de referencia de la ciudad. Hay varios sitios donde te pueden recoger y que puedes solicitar por email después de contratar el tour. Desde el hotel continuamos recogiendo gente (y dando vueltas por el centro) hasta que finalmente salimos de la ciudad con dirección a Bearhill Husky. El trayecto duró una media hora.
Cómo vestirte para temperaturas extremas
Lo primero que hicimos al llegar fue prepararnos con el equipamiento adecuado. Fuimos a una cabaña donde te explicaban la importancia de llevar capas y te vestían con la ropa y accesorios especiales para temperaturas extremas. Ya nos advirtieron que haría muchísimo frío y que era fundamental ir bien abrigado. Cuando las temperaturas son tan bajas, no es suficiente con llevar una o dos capas muy gruesas, sino llevar varias para ayudar a mantener mejor el calor en el cuerpo.
Mis capas iniciales (las que llevé “de casa”) eran:
- Leggins térmicos + pantalones de nieve
- Camiseta térmica + polar térmico + abrigo nº1 + abrigo nº2 (impermeable)
- Calcetines de algodón + calcetines de lana
- Gorro nº1 + gorro nº2
- Bufanda
- Botas nieve
Y a las que añadí las siguientes capas:
- Mono térmico de nieve
- Otro par de calcetines de lana
- Guantes de lana + manoplas para temperaturas extremas (eran ENORMES)
- Botas de goma ENORMES también y forradas con lana. (Obviamente me quité las mías)
- Un buff muy cuqui que te regala Bearhill Husky.
¡Parecíamos yetis con tantas capas!
Aprendiendo a conducir el trineo
Una vez ya equipados, el guía nos explicó las instrucciones y cómo conducir el trineo de huskies.
Normas para el conductor:
- No soltar las manos del trineo bajó ningún concepto. Ir siempre agarrado a la barra. No soltarse ni siquiera para hacer fotos.
- Moderar la velocidad con el freno de pie. Pisarlo para ir más despacio y levantar el pie para coger velocidad.
- Poner los dos pies en el freno para parar completamente el trineo. Y no soltarlo, porque si lo haces los huskies se te van.
- Mantener entre 5 y 15 metros de distancia con el trineo de delante.
- Mantener la cintura pegada al manillar del trineo. Ir erguido, sin adoptar posturas extrañas.
Normas para el que va sentado en el trineo:
- Ir bien tapado con una manta (bueno, no se si es especialmente una norma pero todos íbamos tapados).
- No sacar ni los pies ni las manos del trineo. Todo dentro.
- Sacar fotos en nombre de quien va conduciendo 😀
Primera parte: conduciendo el trineo de huskies
Una vez todo claro, el guía nos puso por parejas. Había 8 trineos de 2 personas cada uno y la mayoría eran parejas o familias. Aunque yo iba sola, compartí trineo con una chica japonesa que iba con otras dos chicas. De esta forma, al ser 2 y 2 podíamos alternarnos mejor en el trineo.
No sé si el guía nos vio ya expertas o algo (a pesar de ser todo lo contrario), pero no dudó en ponernos las primeras después de él y a mi al mando del trineo. Esto implicaba que todas las indicaciones que él hacía desde su trineo nosotras teníamos que seguirlas, siendo referencia para el resto de nuestros compañeros. Cuando dio el toque de salida, ¡todos los trineos salimos disparados detrás de él!
Al principio había que cogerle el truquillo porque los huskies van a tope. Al final, no dejan de ser animales y eres tú quien tiene que dirigir el recorrido. Si dejas que sean ellos quienes lo hagan puede ser peligroso. Por ejemplo, en las bajadas tienes que pisar suavemente el freno para que los huskies vayan más despacio y el trineo no descarrile. De la misma forma, cuando hay subidas tienes que ayudar a los huskies bajándote del trineo para empujarlo tú también. Cuando llevas un rato ya sabes en qué momentos tienes que frenar, aumentar la velocidad, etc. Además, de tanto en tanto el guía frena para comprobar que todo esté bien.
El camino está perfectamente señalizado y los huskies saben por donde tienen que ir. Lo único que tienes que hacer tú es dirigir el ritmo del recorrido. No te preocupes, ¡es imposible perderse!
El recorrido por los paisajes nevados
El paisaje era absolutamente precioso. Bosques, lagos, senderos, subidas, bajadas, tramos iluminados, tramos más oscuros, zonas con más árboles, zonas con menos… Se podía apreciar perfectamente la belleza y majestuosidad del invierno finlandés. Por ejemplo, estuvimos paseando con los trineos sobre un lago helado durante unos minutos y era impresionante ver la inmensidad de este sitio, todo rodeado de nieve y árboles.
Estuve conduciendo el trineo del husky safari durante unos 45 minutos. Después, hicimos una pausa para cambiar los conductores. Durante estos minutos de relevo, el guía aprovechó para hacer fotos a cada grupo de trineos, ya que nosotros no podíamos. Primero, porque quien conducía no podía soltar las manos y los pies del trineo, y no podía hacer las fotos. Por otro lado, porque si te quitabas los guantes tus manos se congelaban ipso facto del frío que hacía. En mi caso dio tiempo a echar solo 2 o 3 fotos porque nada más sacar mi móvil del abrigo el pobre murió de congelación.
Segunda parte: sentada en el trineo
En la segunda parte del recorrido, mi compañera conducía el trineo y yo iba sentada. Intenté aprovechar para hacer fotos y vídeos pero os juro que era prácticamente imposible. Aparte de porque se me quemaban las manos, mi móvil moría cada vez que lo encendía. Da igual que lo conectara a la batería portátil; duraba 2 minutos y se volvía a apagar. Por suerte, el móvil de mi compañera era de mejor calidad y pudimos echarnos algunas selfies. Además, empezaba a anochecer, tal que así:
Personalmente, he de decir que me gustó más conducir el trineo que ir sentada. Desde el sitio del conductor vives más la experiencia del husky safari. Sientes el control sobre el vehículo, y es como más auténtico. Eso sí, notas más el frío, sobre todo en la cara y en las manos.
No sé si queda muy normal que lo cuente pero una cosa que me hizo bastante gracia es que algún que otro husky hacía caca mientras corría 😀 Desde el trineo veías cómo levantaba la pata e iba saliendo el regalito. De tanto en tanto llegaba un tufillo de olor a caca de husky. Cuando ibas conduciendo no te dabas cuenta, pero cuando ibas sentado al mismo nivel que los perritos, sí. Vamos, ¡un show!
Fin del trayecto
Al finalizar el tour, estuvimos un rato con los huskies. Les dimos unos cuantos mimitos y les agradecimos el fantástico recorrido que habían hecho. Estaban todos hambrientos y los cuidadores les sirvieron unos generosos platos de comida. ¡Totalmente merecido!
Después, fuimos a una especie de cabaña donde nos sirvieron bebidas calientes y snacks. Aprovechamos para preguntar a nuestro guía cuestiones sobre el tour, los huskies, Finlandia, Rovaniemi, etc. Finalmente, volvimos a la cabaña principal para dejar la ropa térmica y volver a vestirnos como personas normales. A las 17:30 cogimos el autobús de vuelta a Rovaniemi, llegando a las 18:00h.
Mi valoración final
Como valoración final, el husky safari me ha parecido una actividad súper divertida que tienes que hacer sí o sí si vas a Laponia en invierno. Disfrutas de los paisajes finlandeses de otra forma diferente y aprendes cómo funcionan los husky safari y cómo cuidan a estos animalillos.
Es una actividad cara, pero pienso que tampoco es una cosa que hagas cada día. Aunque hay tours más baratos y que duran menos tiempo, yo recomiendo invertir un poco más pero aprovechar la experiencia al máximo.
Por otro lado, los huskies están muy bien cuidados y disfrutan mucho haciendo estas actividades. Al principio tenía dudas porque no sabía en qué condiciones vivían o trabajaban pero luego te das cuenta de que los perritos están impacientes por salir a correr. Luego, cuando terminas el recorrido, están más tranquilos porque están cansados, y les dan de comer.
¡Gracias Bearhill Husky por esta experiencia tan increíble!
De vuelta al hostal
Esta noche he conocido en el hostal a una chica argentina que se dedica a la fotografía profesional. Ganó una beca para venir a Europa para un proyecto sobre el invierno, y después de estar un mes en Islandia ha venido una semana a Finlandia para fotografiar paisajes.
Fue gracioso porque al principio empezamos a hablar en inglés y cuando me preguntó de donde era fue en plan… vale, podemos hablar en castellano. Lo curioso es que a ambas a veces nos sale hablarnos en inglés porque al llevar tiempo fuera de nuestros países nos sale natural hablar en este idioma. ¡Qué cosas!
Fuimos a cenar a un sitio llamado Kotipizza y luego volvimos al hostal, ya que la aerolínea le habían perdido la maleta y se la tenían que traer esta misma noche. Mañana ella visitará la residencia de Papá Noel, así que le he estado explicando un poco cómo es.
En búsqueda de auroras (otra vez)
Y sí… hoy también he salido en búsqueda (fallida) de auroras. Un día más, estaba todo nublado. En realidad ya no sé ni para qué lo cuento… Pero bueno, supongo que algún día leeré este artículo y me acordaré de lo insistente y motivada que estaba. Lo bueno es que con cada expedición al río Kemi estoy conociendo gente. Por ejemplo, hoy he estado con un grupo de mujeres de Granada muy majas y que curiosamente se alojan en un piso en mi misma calle. Dicen que lo importante no es el final sino el camino, así que supongo que de momento ¡me tendré que conformar con la experiencia!