Telliskivi, la «ciudad creativa» de la zona industrial de Tallín
Tallín, 30 de marzo de 2018.
La mañana de hoy ha sido súper ajetreada. He tenido el turno de limpieza, que es el de 12:00 a 16:00. La verdad es que no pensaba que me cansaría tantísimo haciendo las cuatro horas de limpieza… pero sí. Al terminar ha sido en plan… ¡POR FIN! 😀
¿Cómo está estructurado el Tallinn Backpackers?
Para que te hagas una idea, el Tallinn Backpackers está estructurado de la siguiente forma:
- Planta baja: entrada y habitación del staff, conocida también como «the dungeon» (la caverna).
- Primera planta: recepción, salón, cocina, cuarto de baño pequeño, lavadora y cuarto de limpieza.
- Segunda planta: una habitación con baño privado, dos habitaciones sin baño privado, y un lavabo común.
- Tercera planta: una habitación con baño privado (¡y jacuzzi!), cuarto de la secadora y ropa de cama, y mueble de limpieza.
Cada habitación tiene 3 o 4 literas, es decir, caben de 6 a 8 personas.
El turno de limpieza: dejando el hostal impoluto
Soy de las personas que se toman muy en serio su trabajo. He estado cuatro horas a full y, aún así, no me ha dado tiempo de terminar todo lo que quería. Te lo juro, acabas sudando. ¿Para qué ir al gimnasio si puedes hacer limpiezas intensivas?
Algunas de las cosas que he hecho han sido:
- Limpiar los cuartos de baño:
- El baño privado de la habitación de los rusos. Aquí he hecho limpieza intensiva de duchas, lavamanos, váter, suelos… He cambiado la papelera, he repuesto el papel higiénico, y he barrido y fregado el suelo.
- El común. Este es el lavabo que utilizamos nosotros y los huéspedes de las dos habitaciones que no tienen baño privado. Era un desastre y tuve que dedicarle un buen rato, pero ha merecido la pena porque creo que a partir de ahora será más fácil de limpiar.
- El lavabo pequeño. Para mi sorpresa, estaba bastante decente.
- Poner 3 lavadoras y 3 secadoras
- Barrer y fregar el suelo de las habitaciones.
Viéndolo así no parece que sea mucho, pero créeme… lo es. Y fíjate que el hostal tampoco es tan grande, tiene 4 habitaciones para 26 personas. Sin embargo, tienes que estar todo el rato hacia arriba y hacia abajo. La lavandería está en el último piso, el baño común está en el tercero, el salón y la recepción en el segundo… Por suerte, hoy no he tenido que hacer camas. Si no, hubiera muerto. Ya verás cuando tenga que hacer la limpieza completa…
Paseo por Telliskivi, la ciudad creativa
Uno de mis compañeros del hostal me había recomendado visitar Telliskivi, el centro creativo más grande Estonia. Está en el área industrial de Tallín, a las afueras del casco antiguo y junto a los distritos de Pelgulinna y Kalamaja. Se le llama «ciudad creativa» porque allí hay estudios, agencias creativas, oficinas, ONG’s… Además de pequeñas tiendas, puestos de comida, bares, galerías de fotos… y, sobre todo, un montón de graffitis y obras de arte urbano.
Telliskivi está a unos 15 o 20 minutos caminando desde Tallinn Backpackers. A mi parecer, es un barrio industrial que combina edificios modernos y fábricas antiguas que ahora se utilizan con otros fines. Hay un ambiente muy alternativo, artístico y vanguardista, aunque había gente de todos los estilos y de todas las edades. Lo bueno de Telliskivi es que la mejor forma de verlo y disfrutarlo es simplemente caminando por el barrio.
Una de las cosas que más me llamaron la atención fue la cafetería Peatus, dentro de un vagón de tren abandonado. ¡Una buena forma de reutilizar un tren en desuso! En el mismo Telliskivi también hay unas vías de tren abandonadas y que dejaron de utilizarse cuando se construyó la nueva estación.
También habían alguna que otra exposición de arte abstracto:
Me quedé con las ganas de visitar alguna que otra tienda o estudio. Las puertas estaban cerradas (o eso o no encontré el acceso…).
Callejeando por los barrios periféricos
Después de pasear un rato por Telliskivi, y como todavía era de día, me di una vuelta por las callecitas del barrio de Kalamaja con dirección al puerto de Tallín. Personalmente encontré que las casas eran muy bonitas y pintorescas, cada una de un color y con las fachadas de madera. Las había azules, amarillas, rosas, grises… A diferencia del casco antiguo donde todas las casas están pegadas las unas con las otras, aquí estaban separadas y tenían pequeños jardines. Las calles estaban muy tranquilas y apenas había nadie por allí.
Seaplane Harbour Museum y prisión de Patarei
Caminando todo recto por la calle Valgevase llegué hasta el Seaplane Harbour Museum, o el museo marítimo de Estonia. Como ya era un poco tarde estaba cerrado, pero pude ver la exposición de barcos de guerra que había fuera. La verdad es que los museos marítimos no me atraen mucho, a excepción de alguno como el Vasa en Estocolmo, que fue bastante interesante.
Enfrente del museo había un edificio que CREO que era una cárcel o algo parecido. Si alguien sabe qué es, por favor, ¡que me lo diga!
Justo al lado del museo estaba la fortaleza de Patarei, un antiguo cuartel del ejército zarista del año 1840 que más tarde fue convertida en cárcel por la Primera República de Estonia. Fue uno de los principales centros de la represión soviética en el país. Estaba gestionada por el KGB como prisión de máxima seguridad. Está cerrado al público desde 2016, pero se puede ver por fuera.
Terminando el día en el puerto de Tallín
Para terminar mi paseo, seguí por el camino donde están atracados los barcos y donde había algunos cañones de la guerra entre Rusia y Estonia.
Llegué a un edificio con un mirador desde donde se podía ver toda la bahía de Estonia y el mar. En la lejanía, también se podía distinguir el hotel de la playa de Pirita donde estuve hace un par de días.
Me senté en unas rocas a ver la puesta de sol y, de repente, vi una cosa que me dejó loca. A unos metros de donde estaba yo, llegó un chico con su perro, se quitó todo hasta quedarse solo con la ropa interior y, tal cual, se metió en el agua. Madre mía, ese chico era inmortal o tenía piel de acero porque hacía bastante fresco y viento. Yo iba con doble abrigo y doble pantalón… Entiendo que la gente aquí esté acostumbrada al frío pero me impactó muchísimo que alguien fuera capaz de meterse en el agua con tanta serenidad.