Viljandi, la ciudad con más encanto del sur de Estonia
Tallín, 3 de abril de 2018.
Ayer por la noche me di cuenta de que hoy tenía día libre. ¡Soy así de despistada! Así que no me lo pensé dos veces para planear alguna excursión por Estonia. Es un país relativamente pequeño así que todas las ciudades “grandes” están a máximo dos horas de Tallín. Mi primera idea era ir a Narva, en el noreste del país haciendo frontera con Rusia. Sin embargo, no me habían hablado muy bien de ella y me recomendaron visitar Viljandi en su lugar. Me guié de la opinión de los locales, compré mis tickets la madrugada anterior y para allí que me fui. ¡Plan improvisado!
De Tallín a Viljandi
La estación de autobuses de Tallín (llamada Tallinna Bussijaam) no está en el centro de la ciudad, sino a media hora caminando. En el centro de Tallín está la estación del báltico (Balti Jaam) pero es diferente. Aquí solo paran autobuses de corta distancia. Para viajes más largos (en Estonia u otros destinos), tienes que ir a Tallinna Bussijaam.
Mi autobús salía a las 10 de la mañana y me costó 14€ (ida y vuelta) con la compañía Hansa Liinid y regreso a las 7 de la tarde. En función de a qué hora vuelvas y con qué empresa, el precio varía. También hay descuentos para menores de 26, mayores de 60 o personas discapacitadas. Los tickets los compré en la web de Tpileet. El trayecto de Tallín a Viljandi dura dos horas.
Antes que se me olvide, Viljandi es la sexta ciudad más poblada de Estonia y tiene poco más de 20.000 habitantes.
Centro de información turística
Lo primero que hice al llegar fue ir al punto de información turística a por un mapa. Mi móvil no es muy fiable así que si es posible siempre prefiero llevar un mapa físico conmigo. El centro está a menos de 10 minutos de la estación de autobuses, en la plaza Vabaduse.
Entre una cosa y otra ya era la una de la tarde así que fui a comer a un sitio que se llama Kohvi Fellin y que está en la misma plaza. Allí sirven desayunos y brunch, sobre todo. Por ejemplo, yo me pedí muslo de pollo al horno y venía servido con ensadala, pan y salsas.
Una vez ya con el estómago lleno, llegó el momento de visitar Viljandi. Estos son los sitios donde he estado:
Iglesia de San Juan (Jaani Kirik)
Esta iglesia está justo pasando la plaza Vabaduse a la izquierda. Es una iglesia blanca del año 1464 que fue utilizada primero como monasterio franciscano y luego, en la época soviética, como almacén. A día de hoy y, después de ser renovada, se usa como sala de conciertos.
Viljandi Manor (Conjunto Palaciego de Viljandi)
El llamado “Castillo Nuevo” de este conjunto fue construido en 1879 y perteneció al que por entonces era dueño de Viljandi. Unos 50 años más tarde, en el parque de enfrente se inauguró un monumento en memoria de las personas deportadas de Viljandi que fueron perseguidas por los soviéticos.
Árbol del Universo y Arpa Curvada
Según la guía que me dieron en el centro de informacióin, ambos fueron colocados en el parque en 2009 cuando Viljandi recibió el título de “Capital Estonia de los Bosques”. Más tarde se añadieron una flauta y un acordeón de madera.
Escenario de la canción (Lauluväljak)
En este escenario se celebran fiestas y eventos durante todo el año pero sobre todo en verano. La música es muy importante en Estonia ya que los habitantes del país se consideran una “nación cantante”.
Monumento al general Johan Laidoner
Cerca del escenario está el monumento a Johan Laidoner, uno de los políticos más importantes de la historia de Estonia.
Afloramiento de arenisca rojiza
Bajando por el mismo sendero encontré una especie de roca rojiza de unos 6 metros de alto y 18 de largo.
Justo abajo, había lo que parecían unas aguas termales. Estaban congeladas así que obviamente no se utilizan en esta época del año.
Puente colgante
Después de pasear por el parque y por lo que parecía llamarse “el Sendero del Filósofo”, encontré el puente colgante de Viljandi. Fue construido en 1931 y tiene 50 metros de largo. El puente cruza un pequeño valle hasta dejarte en las ruinas del castillo, una de las zonas más interesantes que encontré en este pueblecito.
Colina del Castillo de Viljandi
Esta fue la parte que más me gustó de Viljandi. En lo alto de la colina se conservan las ruinas del Castillo medieval de la Orden Teutónica, del año 1224. Por lo que estuve leyendo, esta fortaleza estuvo habitada por los Komtur, que eran los comendadores militares de los caballeros teutónicos. Como consecuencia de las continuas guerras, el castillo terminó hecho pedazos y a día de hoy solo quedan las ruinas.
Desde lo alto de la colina se puede ver el paisaje con el lago Viljandi:
Granero de Kirsimäe
Este edificio comenzó siendo un granero y terminó siendo el Centro de la Música Folklórica de Estonia.
Plaza del General Laidoner
Esta plaza fue el lugar de mercadeo del siglo XIX. En el centro hay una fuente llamada “Niño con un pez”.
Museo de Viljandi
El museo de Viljandi está ubicado en lo que en su día fue una antigua farmacia. La entrada solo cuesta 1€ y puedes ver utensilios y objetos de guerra como ballestas y cañones que se encontraron en el Castillo de la Orden. También hay material propagandístico de la época y una colección de joyas.
Ayuntamiento
El ayuntamiento es el edificio de piedra más antiguo de todo Viljandi y fue construido entre 1768 y 1774.
Antigua Torre del Agua
Entre el museo y el ayuntamiento hay una torre desde la cual puedes ver el casco antiguo.
Escalera Trepimägi y casas tradicionales
Esta escalera está justo detrás del ayuntamiento y conecta el centro de Viljandi con la playa. Tiene 158 peldaños y 5 paradas, y mientras vas bajando puedes ver casas históricas en los alrededores.
Cuando llegas abajo del todo, hay una escultura que se llama “Corredor” en honor a los ganadores de una carrera alrededor del lago Viljandi que se hace cada año desde 1928.
Una vez en la playa, y como todavía hacía fresco, podías ver a algunas personas practicando pesca en el hielo. No sé cuánto tiempo llevarían ahí pero espero que no tanto como nosotros cuando fuimos a pescar en el hielo en Finlandia.
Calle Pikk
De vuelto hacia el centro de Viljandi me di una vuelta por la calle Pikk, la más antigua y bonita de la ciudad. Todavía se conserva el suelo de piedras de la época.
Iglesia de San Pablo
Ya para casi finalizar mi recorrido, paseé por fuera de esta iglesia de estilo “Tudor-gótico” que estaba tan de moda en aquella época. Un poco más lejos de la iglesia estaba también el Teatro Ugala, con una forma un tanto peculiar.
Me quedé con ganas de ver el cementerio militar alemán pero estaba un poco más lejos y tenía que coger el autobús a las 7 de la tarde. Terminé mi recorrido en la iglesia de San Pablo y cogí rumbo a la estación de autobuses.
Personalmente, aunque se trata de un pueblo muy pequeño, recomiendo bastante venir a pasar el día si estás viajando por Estonia. Mucha gente solo se queda en Tallín pero creo que este tipo de pueblos representa muy bien la esencia del país y la influencia que han tenido las diferentes guerras en él. Cuando hice el free tour en Tallín nuestra guía nos explicó que Estonia había sido invadida constantemente y es curioso ver los “restos” que han ido quedando de estas épocas.