La torre y la búsqueda fallida de auroras boreales
Savitaipale, 4 de febrero de 2018.
¡Ha salido el sol!
Desde que llegué a Finlandia, me he dado cuenta de que los días son bastante grises. Sin embargo, hoy ha hecho un día espléndido así que hemos aprovechado para dar una vuelta por Savitaipale.
El lago Kuolimo de día
Nuestro primer destino ha sido el lago Kuolimo, que es donde estuvimos ayer para ver la puesta de sol. Personalmente, el lago cambia muchísimo en función de si vas de día o de noche. Eso sí, hay una cosa que no cambia, y es el frío que hace allí. Las dos veces que he estado me ha parecido que la sensación térmica es menor que cuando estamos en el pueblo. Es normal, ya que estamos en una superficie sin nada alrededor y rodeados de nieve por todos lados.
Esta mañana había personas esquiando sobre el lago, ya que la capa de hielo es tan gruesa que no hay peligro ninguno en pasear o hacer actividades encima. Nosotros fuimos a lo sencillo e hicimos un caminito quitando la nieve y dejando visible solo el hielo para poder correr y deslizarnos. ¡Como niños pequeños!
Mientras mis compañeros jugaban, fui caminando hacia una de las islas pequeñitas. Aunque no era una superficie muy elevada, las vistas eran muy bonitas porque estaba todo nevado. Creo que incluso caían algunos copos de nieve siendo plenamente de día… aunque muy posiblemente fuera nieve de los árboles.
La torre
Hacía ya días que mis compañeros me habían hablado de “la torre del pueblo”. Pensé que sería algún edificio importante o histórico, pero estaba totalmente equivocada. Se trata de un mirador desde donde puedes disfrutar de las maravillosas vistas del lago Kuolimo. Fuimos por la tarde, y la verdad es que es un sitio precioso y una joya dentro de Savitaipale. Además del paisaje tan espectacular, una cosa que me ha llamado mucho la atención ha sido el silencio y la tranquilidad que se respiraba desde allí arriba. No se escuchaba absolutamente nada, ni siquiera el ruido del viento. Tampoco había nadie ni en el lago ni en los alrededores.
La torre está hecha de madera y se sube por unas escaleras. Sin embargo, teníamos la impresión de que eran muy pequeñas y no resultaba precisamente fácil subir por ellas. Además, estaba todo cubierto de nieve y podías resbalarte si no ibas con cuidado. Sin embargo, ha merecido muchísimo la pena y volveré más veces para disfrutar de las increíbles vistas.
Estando allí me acordé de otra cosa que he notado mucho durante estos primeros días en Finlandia: la calidad del aire. Se respira un aire puro y fresco, y la sensación es muy diferente a la que estoy acostumbrada. A diferencia de Barcelona, aquí no hay prácticamente coches, multitudes y contaminación. Estamos rodeados de naturaleza y el pueblo, además de ser pequeño, está bastante disperso. No hay urbanizaciones ni nada parecido, sino casas muy separadas las unas de las otras.
En búsqueda de auroras boreales
Aparte de visitar la torre de Savitaipale, otra de las experiencias del día ha sido la búsqueda fallida de auroras. Todo comenzó cuando uno de mis compañeros dio la alarma de que, según el forecast, esta noche el kp estaría a 4. El kp de auroras es un índice compuesto por una escala entre 0 y 9 y que te ayuda a saber si tienes oportunidad de ver auroras en el sitio donde estás.
Savitaipale está entre el 4 y el 5, así que para tener una mínima probabilidad necesitamos por lo menos un kp de 4 o 4.5. Nos hemos abrigado bien y nos hemos dirigido de nuevo al lago para ver si teníamos suerte. Hemos caminado lago adentro hacia la zona más oscura, lejos de las luces del pueblo. Sin embargo, no hemos tenido suerte… En el horizonte se podían ver algunas luces pero dudo mucho que fueran auroras porque podía tratarse fácilmente de un pueblo lejano. Aunque no las hemos visto, al menos sí hemos podido disfrutar de un precioso cielo estrellado y sus constelaciones. ¡Algo que nos llevamos!
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Mientras escribía este post he mirado por casualidad la página del forecast de auroras boreales y he visto que estábamos a 3.67. Eran casi las 12 de la noche, pero nos hemos venido muy arriba y hemos vuelto a la torre para probar suerte. ¡Esta vez desde las alturas! Desde el mirador se veía todo mucho mejor que desde el lago, porque podías ver el cielo con más claridad. En esta ocasión, el cielo en el horizonte se veía un poco más claro que el resto del cielo. Teníamos la teoría de que se trataba de una aurora boreal muy tenue pero nuevamente podría tratarse perfectamente de la luz de algún pueblo… así que no puedo confirmar nada… ¡En otra ocasión será!