Visita al Valle de los Templos de Agrigento y viaje a Siracusa
Agrigento, 3 de junio de 2018.
Hoy por la tarde tenía reservado el autobús a Catania así que optimicé el plan para visitar el Valle de los Templos por la mañana. El primer domingo de cada mes (o sea, hoy) la entrada es gratuita, así que ayer fui a la Scala dei Turchi y hoy a los templos.
Quedé con una de mis compañeras de habitación para ir juntas. Se llama Jessica y es de Cambridge (Reino Unido). Decidimos ir temprano porque a medida que avanza el día el calor se vuelve insoportable. Aún así, cuando salimos a la calle a las 8 de la mañana ya era totalmente de día y empezaba a hacer calorcito. Hicimos la primera parada en el Illy para desayunar un par de croissants y, acto y seguido, emprendimos rumbo al Valle de los Templos.
De camino al Valle de los Templos
Hay un autobús que conecta Agrigento Centrale con el Valle de los Templos en 5 minutos. Sin embargo, no me quedaba muy claro dónde estaba la parada ni cuáles eran los horarios. Tampoco encontré nada en Google Maps, así que al principio pensaba que no existía esta opción. Nos lo dijeron los empleados del hostal en el que estamos alojadas.
Yo soy más partidaria de caminar y aprovechar los espacios abiertos antes que coger el transporte público. Obviamente, si las distancias son largas entonces no, pero si es una horita o así prefiero caminar. Este era el caso. Del centro de Agrigento al Valle de los Templos hay alrededor de 45 minutos o 1 hora como mucho. Además, la ida no supone mucho esfuerzo porque es todo cuesta abajo.
El Valle de los Templos
El área arqueológica de Agrigento corresponde a los restos de la antigua Akragas, que fue el núcleo cultural de lo que hoy es Agrigento. Se fundó en el 580 a.C. y en su día contaba con 200.000 habitantes, hasta que los cartagineses sitiaron y saquearon la ciudad.
En el siglo III a.C. Agrigento, durante el Imperio Romano, se convirtió en una ciudad importante hasta que llegaron los bizantinos y los cristianos y arrasaron con sus templos paganos. Fue aquí cuando el Valle de los Templos fue abandonado y, más tarde, se convirtió en un recinto arqueológico. A día de hoy, el conjunto forma parte del patrimonio de la UNESCO.
Es un recinto muy extenso y nosotras estuvimos alrededor de 2 horas visitándolo. Hay muchas cosas que ver: templos dóricos, tumbas, ruinas de edificaciones, murallas, altares… Además, no está una cosa al lado de la otra y tienes que caminar un poco para llegar de un sitio a otro. En cada construcción hay un panel que te explica las características y la historia de cada uno, como este del Templo de Hera.
Algunos se encuentran en mejor estado y otros estaban hechos polvo.
Estos son los lugares más emblemáticos del Valle de los Templos:
Templo de Hera (Juno Lacinia en la mitología romana)
El Templo de Hera está en la cima del Valle de los Templos, a 120 metros sobre el nivel del mar. Fue construido en el año 450 a.C y está precedido por un gran altar para sacrificios. Como los demás edificios del Valle de los Templos, está orientado al este. Actualmente sólo se conservan erguidas 30 columnas y solo 16 poseen todavía sus capiteles dóricos.
El templo fue restaurado en la época romana después de sufrir un incendio que dio color a las piedras de la cámara interior. En 1787 volvió a ser reconstruido con una técnica llamada anastilosis hasta nuestros días.
De camino al siguiente templo pasamos por unas murallas griegas:
Templo de la Concordia
El Templo de la Concordia es el templo mejor conservado y fue construido entre el año 440 y 430 a.C. A día de hoy todavía no se sabe a quién fue dedicado. Todavía cuenta con sus 34 columnas (que antiguamente estuvieron recubiertas de estuco blanco), así como el esquema de su fachada dórica.
Justo delante del templo está la estatua de Icaro Caduto. Aunque no lo parezca, es una estatua moderna del año 2011, obra del escultor polaco-francés Igor Mitoraj. Sin embargo, se adapta perfectamente al entorno y parece ser otra antigüedad más.
Durante el siglo VI fue transformado en iglesia católica y en 1748 fue restaurado de nuevo para devolverle un aspecto más original.
Templo de Hércules
El Templo de Hércules es el más antiguo de los templos de Agrigento y fue construido en el 510 a.C. Hoy se conservan en pie 9 de las 38 columnas originales. La mayoría está en ruinas. Aún así, el edificio es visible desde lejos y se alza en el Valle de los Templos como el símbolo de fuerza y poder de Hércules, el héroe nacional de Sicilia y, en concreto, de Agrigento.
Templo de Zeus Olímpico (Júpiter en la mitología romana)
El Templo de Zeus Olímpico es un gigantesco edificio que construyeron los griegos en honor a Zeus tras las victoria contra los cartagineses en Himera (480 – 479 a.C). Su superficie era de 112,5 metros de largo por 56 de ancho. Sus columnas llegaban a los 17 metros de altura y estaba adornado con 38 estatuas de Atlantes o Telamones de casi 8 metros de alto. Al lado del templo se encuentra una reproducción de una de estas estatuas, cuya pieza original está en el museo.
Este templo nunca lo terminaron y la mayoría del edificio se derrumbó en 1401.
Templo de Castor y Pólux (Dioscuros)
El Templo de Castor y Pólux es visto como el símbolo de Agrigento. Fue gravemente destruido cuando los cartagineses saquearon Agrigento y, más tarde, por los terremotos. Ocupó una superficie de 541 metros cuadrados. En 1836 se despejaron todos los escombros y la tierra que lo había cubierto durante años. Se desenterraron las columnas y se levantaron cuatro de ellas. Actualmente sólo se sostienen 4 columnas de las 34 originales.
Alrededor están los restos de un complejo de rocas y cimientos que fueron reconstruidos en el siglo XIX con elementos de diversos periodos que se encontraron en la zona. Lo bautizaron como “Templo de los Dioscuros”.
Templo de Hefesto (Vulcano en la mitología romana)
El Templo de Hefesto se construyó alrededor del año 430 a.C. y se cree que fue una de los edificios más imponentes del lugar. Sin embargo, a día de hoy es uno de los más dañados por el paso del tiempo y los fenómenos naturales. Sin embargo, todavía conserva dos columnas y el basamento. Es el templo que queda justo en el otro lado del Valle de los Templos, en el extremo oeste.
Museo arqueológico e Iglesia de San Nicola
Una vez vistos todos los templos decidimos echar un vistazo al museo arqueológico. Durante la visita al valle hizo muchísimo calor, menos mal que íbamos bien equipadas con agua y crema solar (aunque el agua acabó calentándose y no era muy apetecible). En el museo pudimos volver al fresquito.
La verdad es que lo vimos un poco rápido porque estábamos un poco saturadas de tanta información. A modo resumen, había muchos utensilios y elementos de decoración que se habían encontrado en el Valle de los Templos.
Lo que más me llamó la atención fue ver una de las estatuas originales de 8 metros que sustentaban el Templo de Zeus Olímpico.
De vuelta al Hostel Dimora
Empezaba a hacerse tarde y yo tenía que coger el autobús a Catania a las 14:00h, así que me despedí de Jessica y comencé el camino de vuelta al hostal. Lo bueno de viajar con la compañía SAIS Trasporti es que el billete no tiene una hora específica, sino que puedes coger cualquier autobús dentro de ese día. Mi idea era cogerlo a las 10:00h pero como el Valle de los Templos era gratis hoy, decidí extender mi estancia en Agrigento.
Estuve investigando cómo llegar de Agrigento a Catania y la única forma es con esta compañía de autobuses. No hay ningún tren que comunique las dos ciudades. El billete de ida me costó 13,40€ y lo compré en Palermo antes de venir a Agrigento.
En cualquier caso, Google Maps me propuso una ruta diferente para volver. Todo era cuesta arriba y muchos tramos eran por escaleras. Durante el camino algún que otro coche pitó o los conductores hicieron algún comentario. No es la primera vez que me pasa en Agrigento. De hecho, cuando veníamos esta mañana Jessica y yo nos sucedió lo mismo. Coches pitando y conductores maleducados soltando estupideces por la ventanilla. Otras de mis compañeras de habitación del hostal también han tenido experiencias similares o altercados con hombres en Agrigento.
Como ya comenté hace unos días, Agrigento no me parece una ciudad especialmente segura, ni siquiera de día. Especialmente si eres mujer y turista. Tengo la impresión de sentirme observada todo el rato y es bastante incomodo. Espero que en el resto de ciudades que me quedan por visitar no sea igual.
Viaje de Agrigento a Catania y Siracusa
Recogí mis pertenencias del Hostel Dimora, me pillé un bocadillo de salami húngaro en el Illy y me fui a la estación de autobuses. Por cierto, la estación de trenes y la de autobuses no están en el mismo sitio, si bien solo hay 5 minutos caminando.
A medida que nos acercábamos a Catania se podía ver el volcán Etna en el horizonte.
A las 16:50h ya estábamos en la estación de Catania. Sin embargo, antes de visitar esta ciudad pasaré un par de días en Siracusa, la ciudad de Arquímedes. Como no hay transporte directo desde Agrigento he tenido que hacer trasbordo aquí.
El primer tren que salía a Siracusa era un Intercity que costaba más de 10€. Carísimo. Como soy así de ahorradora, decidí esperar una hora en la estación y coger el siguiente por 4€ menos (me costó 6,90€). Seguramente hayan autobuses que conecten las dos ciudades porque Siracusa es un destino habitual, pero iba cargada con la mochila, ya estaba en la estación y no me apetecía caminar y llegar a las tantas. Decidí ser práctica y coger la opción fácil esta vez.
El alojamiento: LOL Hostel Siracusa
En esta ocasión he reservado una noche en el LOL Hostel Siracusa. Es el único hostal que hay en Siracusa (todo son mayoritariamente B&B’s) y tiene muy buenas valoraciones en Hostelworld. Está a 50 metros de la estación de tren y autobús y a menos de 10 minutos andando de los dos grandes atractivos de Siracusa: Ortigia y el área arqueológica. Además, tiene desayuno incluido, lo cuál siempre es de agradecer.
Reservé en este hostal junto a PJ, mi compañero de Agrigento, para estar los dos juntos en la habitación ya que él también iba a pasar un par de días en Siracusa. Lo que pasa es que él llegaba a una hora diferente. Al final me asignaron una habitación femenina de 8 camas, pero no pasa nada. ¡Es una buena oportunidad para conocer gente nueva! Por cierto, me atendió un chico muy enérgico y bastante carismático. Todo un personaje.
Mis nuevas compañeras de habitación
De momento he conocido a tres de mis compañeras de habitación: Mira (de Alemania), Emélie (de Bélgica) y Emilie (de Francia). Comparto litera con ésta última pero hoy es su última noche en Siracusa, así que hemos ido a cenar juntas. Emilie tiene 21 años y estudia Historia y Geografía, pero está haciendo un Erasmus en Perugia y ha aprovechado para visitar Sicilia de forma exprés.
El recepcionista nos recomendó un sitio “barato” cerca del hostal. Nos costó un poco encontrarlo y no paramos de dar vueltas calle arriba y calle abajo. Cuando por fin dimos con él y vimos los precios, casi nos da algo. Así que decidimos improvisar y acabamos pillando arancini y cannoli en un bar cercano a la estación, y cenando en la misma plaza.
Mañana me gustaría ver Ortigia y el parque arqueológico, pero solo tengo una noche reservada en el hostal. Si me veo muy apurada, extenderé mi estancia. ¡Lo que surja!