Noto, la ciudad barroca que fue reconstruida desde cero
Noto, 5 de junio de 2018.
Hoy he aprovechado para visitar Noto, una pequeña localidad considerada como una de las más bonitas de Sicilia. Mi idea inicial era ir a Ragusa, que es otra de las ciudades que me habían recomendado, y pasar la noche allí. Sin embargo, mi compañera Ivana me comentó que, personalmente, le había gustado mucho más Noto que Ragusa. Para salir de dudas, investigué un poco por mi cuenta y encontré un montón de datos curiosos sobre esta ciudad. Decidí darle una oportunidad y, de hecho, se ha convertido en una de las ciudades más bonitas e interesantes que he visto en Sicilia hasta el momento.
Antes de empezar…
Al final he alargado mi estancia en Siracusa y he hecho la excursión desde aquí. Estuve mirando alojamientos en Noto pero eran más caros y me daba pereza tener que mover mis cosas de nuevo para un solo día. Por esto, he reservado otra noche más en el LOL Hostel Siracusa y he venido en tren hasta Noto. A mi plan se ha unido Marion, una de mis compañeras del hostal.
Todavía sigo con el oído taponado y esta mañana he ido a la farmacia para que me recetaran algo. Me han mandado el Audispray pero el prospecto dice que sirve para prevenir los tapones, no para quitarlos. Así que he vuelto a la farmacia para cambiarlo por Cerulina, que parece ser más potente. Me tengo que poner las gotas 2 veces al día durante 3 a 5 días, así que ya os podéis imaginar el panorama. Marion será mi “enfermera” y la encargada de ponerme las gotas. Vaya jaleo… pero bueno, ¡hay que tomárselo con positivismo!
Sobre Noto
Noto es una localidad de menos de veinticinco mil habitantes famosa por sus edificios del siglo XVIII, que han sido considerados entre las principales obras maestras del estilo barroco siciliano. Desde 2002 forma parte del patrimonio de la UNESCO junto al resto de ciudades pertenecientes al barroco tardío del Valle de Noto: Caltagirone, Militello, Val Di Catania, Catania, Modica, Ragusa, Palazzolo y Scicli.
La ciudad está situada en lo alto de una colina y, en su época, fue un importante centro siciliano, romano, bizantino y árabe. Sin embargo, en 1693 un terremoto la destruyó por completo y tuvo que ser reconstruida de nuevo prácticamente desde cero. Es de ahí que todos los edificios tengan la misma uniformidad estilística.
Cómo llegar desde Siracusa
Para ir a Noto cogimos el tren en Siracusa a las 11:00h. Hay varios al día pero, para mi sorpresa, este era el primero que salía. El siguiente era dos horas más tarde y no queríamos ir apuradas. Eso sí, con todo el tema de la farmacia casi lo perdemos. Tuvimos que ir corriendo a la estación y compramos los billetes en el último momento. Cada trayecto nos costó 3,80€ y llegamos a nuestro destino a las 11:30h.
Primera parada: el mercado
Una vez en Noto, ir al centro fue muy fácil porque es una localidad muy pequeña. Caminamos unos 15 minutos (todo cuesta arriba) hasta que llegamos al inicio de Corso Vittorio Emanuele, la calle principal. Allí encontramos un mercado donde habían puestecitos de ropa, sombreros, souvenires, frutas y zumos, variedades de alcohol… Nosotras compramos cerezas y manzanas y las lavamos en una fuente que había en la misma plaza del mercado.
También entramos en una tienda donde, además de ofrecer alimentos o recuerdos típicos de la zona, tenían mapas gratuitos de la ciudad. La empleada fue muy amable y nos explicó cuáles eran los principales puntos de interés.
Qué vimos en Noto
Noto tiene dos avenidas principales: Corso Vittorio Emanuele y Via Cavour. Cada una mide alrededor de un kilómetro de largo. Durante este recorrido vimos un montón de edificios e iglesias barrocas que dotan a la ciudad de un carácter único y que la hacen muy auténtica. Parece sacado de un cuento y es muy curioso ver que todo sigue el mismo estilo arquitectónico. Es como si fuera una maqueta.
Personalmente creo que la mejor manera de visitar Noto es caminando por estas dos avenidas pero también por las pequeñas calles que la conforman. Cada una tiene algo especial, si no es un edificio o detalle de la época es alguna plaza escondida y silenciosa.
En un par de horas puedes visitar Noto perfectamente. Es muy agradable de ver y no es tan turística como Siracusa. Nuestro problema era que a las 11:30 de la mañana ya comenzaba a apretar el sol y el calor e íbamos buscando la sombra y el fresquito tanto cuánto podíamos. Si vas a ir, te recomiendo llevar agua suficiente, una gorra y crema solar.
Durante nuestro itinerario vimos lo siguiente:
Porta Reale
La Porta Reale está justo al lado de la plaza del mercado y da entrada al Corso Vittorio Emanuele. Fue construida en 1838 a modo de arco del triunfo romano para conmemorar la visita de Fernando II en la ciudad.
Al atravesar la Porta Reale me sentí como si hubiera entrado en una ciudad diferente. Noto reluce por sí sola y en cuanto te adentras en la avenida es imposible no quedar deslumbrado por la belleza de la arquitectura barroca.
Catedral de San Nicolás
La Catedral de Noto se edificó durante los siglos XVII y XVIII y está situada en la Plaza Municipio. En 1990 un terremoto sacudió la ciudad y provocó que, unos años más tarde, la cúpula de la catedral se acabara derrumbando. Fue restaurada en 2007 con materiales de los mismos restos originales.
Me resultó preciosa especialmente por fuera porque los colores amarillos y blancos de la fachada hacían que desprendiera muchísima luz y claridad.
Para entrar no tuvimos que pagar entrada aunque he leído que cobran una pequeña tarifa. Eso sí, los horarios son bastante limitados y durante el mediodía cierran. Si quieres entrar tienes que saber cuándo abren ya que si no corres el riesgo de quedarte fuera.
Palacio Ducezio
El Palacio Ducezio está justo enfrente de la Catedral, en la misma Plaza Municipio. Se puede ver perfectamente desde lo alto de las escaleras de la misma. Actualmente es la sede del ayuntamiento de Noto y sigue el mismo estilo barroco que el resto de edificios de la ciudad.
Nosotras estuvimos sólo en la recepción pero debe ser bastante bonito por dentro, en especial la sala de los espejos. Por lo que se ve, es un salón decorado con mobiliario en terciopelo rojo, espejos con bordes dorados y pinturas religiosas.
Iglesias, monasterios y basílicas
Aparte de la belleza del estilo barroco, me sorprendió de la cantidad de edificios religiosos que había en Noto.
El primero que nos encontramos al atravesar la Porta Reale fue la Iglesia de San Francisco de Asís, que queda justo a la derecha. A diferencia de las demás iglesias, ésta tiene una sola nave y su interior es más sencillo. Eso no quita que esté llena de pinturas y monumentos dedicados a familias nobles de Noto. Delante del convento hay una estatua de mármol. Tanto la iglesia como la estatua datan del siglo XVIII.
Después visitamos la Basílica del Santo Salvatore, que está justo después de la iglesia anterior. Aunque pertenecen a la misma época y estilo, a mi parecer no tenían nada que ver, sobre todo por dentro. Este monasterio me resultó más imponente a nivel de decoración.
En esta basílica había una pequeña sala con elementos litúrgicos y ropa que se habían utilizado para las ceremonias.
Eso sí, lo más interesante fue una cripta que había en el sótano y que parecía propia de un ritual.
Además, pudimos subir a la torre del campanario donde disfrutamos de unas bonitas vistas de la ciudad. Para acceder tenías que pagar un pequeño precio.
Enfrente del monasterio encontramos la Iglesia de Santa Chiara, también del siglo XVIII. Ésta me pareció especialmente bonita porque todo el interior era blanco y gris, a excepción del altar y alguna que otra decoración.
Después de pasar la Catedral llegamos a la Iglesia de San Carlo al Corso, otro ejemplo barroco de la ciudad. Al igual que el Monasterio del Santo Salvatore, también se podía subir al campanario. Sin embargo, esta iglesia me resultó más turística, había mucha gente y aparecía anunciada más veces la opción de subir al mirador.
La última que visitamos fue la de Iglesia de Santo Domingo, en la Plaza XVI de Mayo. Ésta es considerada como el ejemplo más completo de la arquitectura barroca en Noto. Sin embargo, el interior no era tan suntuoso como las anteriores. Delante del edificio encontramos la Fontana d’Ercole.
Teatro Comunale Vittorio Emanuele
También se le conoce como Teatro “Tina di Lorenzo”. Está casi al final del Corso Vittorio Emanuele y es un teatro pequeño y acogedor con capacidad para unas 300 personas. Para entrar puedes adquirir un billete combinado de 4€ que también incluye el acceso al Palacio Ducezio y al museo de la ciudad.
Callecitas con encanto
Noto está en lo alto de una colina así que no es de extrañar que esté llena de cuestas y escaleras. Las dos vías principales dan acceso a pequeñas callecitas que suben y bajan recorriendo la ciudad. Sin embargo, como decía antes, cada una tiene algo especial y encuentras detalles por cada rincón. Hasta las escaleras eran verdaderas obras de arte.
Después de la visita comimos en un bar en la misma avenida. No recuerdo cómo se llamaba el sitio pero los encargados no eran muy amables, parecía que te atendieran con desgana. Mi compañera se pidió un helado (que se derretía a ritmos insospechados por culpa del calor) y yo un arancino y una Coca Cola.
De regreso a Siracusa
Después de dar una última vuelta y de descansar un rato bajo la sombra de los árboles en la plaza del mercado, volvimos a la estación de trenes para volver a Siracusa. Cogimos el tren a las 17:30h y poco pasadas las 18:00h ya estábamos en el hostal.
De ahí fuimos a comprar la cena a un supermercado que había en la misma calle. Nos sorprendió muchísimo que no hubiera ni fruta ni verdura. No quedaba nada, quizá porque ya se había agotado todo lo que tenían. Al final decidimos ir a otro supermercado donde tampoco tenían gran variedad. Como teníamos hambre y estábamos un poco cansadas nos pillamos un par de risottos de los que se hacen rápidamente.
Cocinar los risottos fue un poco más show de lo que pensábamos porque las instrucciones no se asemejaban para nada a la realidad. Pasados los minutos que se indicaban el risotto seguía duro como una piedra. Nos dejamos guiar por nuestra intuición y, al final, el resultado fue más decente de lo que esperábamos.