Descubriendo los rincones del parque Kadriorg
Tallín, 14 de abril de 2018.
Estos días anteriores he tenido visita en Tallín y por eso he estado un poco desaparecida. Sin embargo, he aprovechado lo de volver a hacer turismo por la ciudad para ver cosas que todavía no conocía. Es verdad eso que dicen de que la segunda vez que vas a un sitio lo ves con otros ojos. Además, creo firmemente que hay rincones más allá de los turísticos que mucha gente pasa por alto y que son auténticas joyas. A mi me ha pasado con el parque Kadriorg. ¿Sabes lo típico que abres un mapa y ves una extensa zona verde? Pues eso sucedió. Tenía pendiente visitar el parque desde que lo vi en el mapa de Tallín y, desde luego, ha merecido mucho la pena.
Estas semanas no me puedo quejar porque ahora tengo otra visita, así que vamos a estar entretenidos. Me encanta mostrar la ciudad a la gente así que se avecinan días bastante cargaditos.
Parque Kadriorg y jardín japonés
El parque Kadriorg está a una media hora andando desde Tallinn Backpackers, el hostal donde estoy trabajando. Es el parque urbano más destacado de Estonia, y con razón, porque tiene alrededor de 70 hectáreas. Podrías pasarte un buen rato caminando por los senderos que conectan los diferentes rincones del parque. A mi, personalmente, me encantaron dos lugares específicos. Primero, el estanque de los cisnes y el más famoso del parque. En medio del estanque hay un islote con una construcción que le da un toque único. Seguramente en invierno, cuando se congela todo el estanque, se puede llegar allí. ¡Lástima que ya no quedara rastro de nieve!
El segundo sitio que me atrajo bastante de Kadriorg fue el Jardín Japonés. Siguiendo la cultura nipona, está inspirado en la filosofía del círculo de la vida y en la expresividad de la naturaleza. Al pasear por los caminitos pude apreciar que era el lugar perfecto para relajarse, meditar o simplemente observar los alrededores. Había pequeños largos, rocas, puentes… y paneles con explicaciones de cada lugar. El jardín no es muy reciente, fue abierto hace solo 7 años por un diseñador japonés.
Además del estanque y el jardín japonés, en el parque de Kadriorg también vimos el Museo de Arte de Estonia, el Museo de Arte de Kadriorg y el Museo Mikkeli, pero no entramos a ninguno de ellos. La verdad es que no somos muy de museos. ¡Preferimos pasear por los caminitos rodeados de árboles!
Kompressor, el lugar de los panqueques legendarios
Otro de los sitios que he visitado es Kompressor, un restaurante donde tienen panqueques de diferentes sabores y a una relación calidad / precio inmejorable. Suelen costar aproximadamente 5€ (solo el panqueque, sin contar las bebidas) y hay tanto dulces como saladas. Por ejemplo, la que me cogí yo era de salsa de chocolate y helado, pero también las había de smoked cheese y bacon, mermelada, etc. Además de los panqueques también tienen postres, ensaladas y sopas.
El Kompressor está justo en el centro del casco antiguo de Tallín, a menos de 10 minutos caminando del hostal. Curiosamente, a partir de las 2 de la tarde había muchas mesas reservadas, pero hasta esa hora se podía ir sin problemas. Es decir, ir sin reserva y pedir y comer allí. Por cosas del destino, nos encontramos con mi mánager y su pareja, así que desayunamos juntos. Después, estuvimos paseando por el casco antiguo: la catedral de Alexander Nevsky, el castillo de Toompea, iglesias varias, la plaza del ayuntamiento, etc. También hemos ido a ver el nuevo hostal que pertenece a la misma cadena que Tallinn Backpackers y que están restaurando.
Tiempo de locos
Desde que llegué a Estonia el tiempo ha cambiado muchísimo. Los primeros días hacía bastante fresco pero últimamente ya apenas necesitamos llevar puesto el abrigo. Normalmente estamos a 15ºC o 16ºC durante el día a 2ºC o 3ºC por la noche. Lo bueno es que como los días están siendo muy soleados hay mucho ambiente por las calles. ¡Las terrazas están llenas de gente!
Turno de tarde / noche: de 16:00h a 00:00h
Desde hace unos días hemos cambiado la forma de dividir los turnos del hostal. Ahora trabajaremos 3 días durante 8 horas, y tendremos 4 días libres. El turno ha sido bastante tranquilo porque ya habían llegado todo los check ins. He limpiado un poco el hostal, he contado el dinero de la caja, he ayudado a algunos huéspedes con recomendaciones, he vendido algunas bebidas… en fin, gestiones varias, pero bastante llevaderas.
También hemos estado jugando al futbolín con unos chicos alemanes. No jugaba al futbolín desde hacía la vida, y se nota… hemos perdido dos partidas de tres. T_T
Por cierto, no sé si lo comenté pero desde hace unos días tenemos un nuevo voluntario en el hostal. Es japonés y es bastante peculiar porque es un poco fantasma. Aparece y desaparece todo el rato. De repente está, de repente no. Sale de fiesta, se ausenta durante horas y vuelve al día siguiente súper tarde… Es una persona muy curiosa pero a la vez muy afable. Vamos, ¡un personaje! 😀