Cómo construir un muñeco de nieve y que no se derrumbe

Savitaipale, 10 de marzo de 2018.

¿Hay algo peor que ponerse enfermo estando de viaje? Yo creo que no. Por suerte no ha sido mi caso, pero eso no ha impedido que me ponga mala justo al volver a Savitaipale. Desde que llegué de Laponia he estado con bastante malestar, y me parece que ya sé de qué es. Cuando fui a pasear por el río en Levi hacía muchísimo frío y estuve bastante rato fuera dando vueltas. Creo que eso me pasó factura y si a eso le sumas el viaje interminable en autobús y dormir poco… tiene bastante sentido.

Combatiendo el resfriado con remedios naturales

He estado cerca de una semana con malestar general, temblores, dolor de cabeza… y luego todo esto pasó a mocos en la garganta. Como no soy mucho de medicamentos he estado a base de té de jengibre, miel y propóleo, que es mano de santo para los resfriados. De todas formas, esto no ha impedido que fuera a trabajar. Creo que es mejor intentar moverte y hacer cosas que quedarte en la cama (a menos que estés muriendo). Y ha funcionado. Será porque estando con la mente ocupada me olvido de que me encuentro mal o algo. En cualquier caso, ¡ya me encuentro mucho mejor! 🙂

Lo peor de todo es que me temo que he contagiado a una de mis compañeras porque está con los mismos síntomas que yo… Así que nos toca cuidarnos los unos a los otros.

Primeras señales de la primavera

Desde que volví de Laponia me he dado cuenta de que han subido muchísimo las temperaturas. Ya estamos a 10 de marzo y hemos pasado de estar de -20ºC a -2ºC de temperatura media. Claro, todavía hace frío, pero se nota el cambio porque ahora ya no hace falta abrigarse tanto para salir a la calle. En mi caso, ha llegado el momento de prescindir del segundo abrigo. ¡Una capa menos!

Eso no quita que todavía los días estén nublados y siga nevando. En Finlandia en invierno no existe la lluvia. Sin embargo, los árboles empiezan a verse verdes por fin, y no totalmente cubiertos de nieve como hace unas semanas.

Primer intento del muñeco de nieve

¿Os podéis creer que desde que vine a Finlandia todavía no había hecho ningún muñeco de nieve? Se nos había pasado por completo. Y mira que hemos estado un montón de veces en el lago, en el bosque… pero hasta ahora no habíamos caído en ello. Hoy, por fin, ¡ha llegado el día! Hemos salido a la calle a hacer nuestra primera obra de arte.

A pesar de estar todo nublado y de haber estado nevando durante toda la mañana, no ha hecho nada de frío. Pero esto es algo que no sabía hasta que he salido a la calle… Como siempre, me había equipado con el gorro, el doble abrigo… y claro, una vez fuera me he empezado a morir de calor.

Para hacer el muñeco de nieve hemos ido al lago Kuolimo, que está a 5 minutos andando de nuestra casa. Escogimos un lugar donde había nieve suficiente y nos pusimos manos a la obra. Empezamos a juntar nieve para hacer la base del muñeco y sinceramente no pensaba que fuera tan complicado. La nieve era demasiado blanda y no había forma de consolidarla. Por más que intentábamos hacer una base consistente, la nieve se desmoronaba todo el rato. El supuesto muñeco tenía más de pirámide que redondeada.

Y, por fin, ¡lo conseguimos!

Sin embargo, como todo en esta vida, había una solución. Y, en nuestro caso, la solución se llama creatividad. Una de mis compañeras tuvo la genial idea de hacer una pequeña bola de nieve e ir rodándola por todo el suelo hasta que se hiciera más grande. Al principio todos dudábamos de la técnica pero finalmente resultó ser muy efectiva, tanto que ¡conseguimos hacer un muñeco de nieve bastante decente!

El momento crítico fue el de unir la bola de nieve de la base y la de la cabeza. Pero, para nuestra sorpresa, ambas bolas estaban bastante sólidas y encajaron a la perfección. Así que solo nos faltó añadirle los últimos detalles: la zanahoria para la nariz, unas ramitas a modo de pelo, y hacer agujeritos que serían los ojos. ¡He aquí el resultado!

Muñeco de nieve

PD: el muñeco de nieve duró poco tiempo…

PD 2: al volver a España me enteré de que esta es la forma habitual de hacer un muñeco de nieve. Será que al venir de una región costera no me había fijado…

Por cierto, cuando fui a Rovaniemi vi el muñeco de nieve más mastodóntico que he visto en mi vida. Lo podéis ver aquí. ¿Habéis visto uno tan grande alguna vez?

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