Riga: free walking tour y paseo nocturno en kayak
Riga, 18 de abril de 2018.
Hoy nos hemos levantamos con mucha energía para dedicarlo a full a ver Riga. Comenzamos la mañana con un buen café y pastitas cortesía de Bach, nuestro compañero vietnamita que había tenido la motivación de ir a comprar al Rimi hacía un rato. Hemos hecho buenas migas con él, así que quedamos en hacer el free walking tour todos juntos.
Free walking tour de Riga
Había dos free walking tours para elegir. Uno a las 11 para visitar el casco antiguo y otro a las 12 para ver las afueras de la ciudad. Nosotros escogimos el primero porque todavía no habíamos visto nada de Riga, así que esta era nuestra prioridad. Os dejo el enlace del que hicimos nosotros.
Nuestro guía se llamaba Toms y era de Riga de toda la vida. Al igual que el free tour que hice en Tallín, era bastante carismático e interactuaba mucho con los participantes haciendo preguntas o bromas. Por suerte no fueron bromas pesadas porque si no me hubiera rallado.
Durante el recorrido vimos los principales lugares de interés del casco antiguo. La Iglesia de San Pedro, la Plaza del Ayuntamiento y la Casa de las Cabezas Negras, la Catedral, la Torre de la Pólvora, la Casa de los Tres Hermanos… Terminamos en un bar donde estuvimos conversando con Toms y los demás compañeros.
Uno de los lugares que me llamaron la atención fue la Casa de los Gatos. Según la leyenda, un artesano quiso unirse al gremio que agrupaba a los trabajadores pero fue rechazado y se enfadó tanto que instaló en lo alto de su edificio unas esculturas de dos gatos que se veía desde el edificio de la asociación. Las colas apuntaban directamente hacia este lugar y los directores se ofendieron y le llevaron a juicio. El acuerdo al que llegaron fue que el artesano cambiaría las estatuas a cambio de ser admitido en la asociación. Si se llegó a hacer o si la historia es real, es algo que nunca se sabrá.
Almuerzo en Lido Alus Seta
Nuestro guía nos estuvo comentando otros tours que organizaban y aprovechamos para contratar el paseo nocturno en kayak. Por lo que se ve, es una de las top experiences de Riga. La forma de contratar el tour fue un poco rara. Eran 25€ y teníamos que pagar al guía 5€ por adelantado pero sin dar nuestro nombre ni nada. Teníamos que estar en el punto de encuentro a la hora que tocaba y confiar en el sistema.
Fuimos a comer con Bach y con la pareja de Nueva York del hostal, que también habían venido al tour. El lugar elegido fue Lido Alus Seta, un restaurante donde sirven comida típica de Letonia. El sitio estaba ambientado y decorado siguiendo el estilo tradicional, todo hecho de madera y con velas en las mesas, como si se tratara de una taberna. Los camareros y camareras iban vestidos a lo tradicional también. Para llegar al comedor tenías que atravesar un pasillo larguísimo con un montón de sillas de espera. Yo me pedí albóndigas letonas y un refresco típico del cuál no recuerdo el nombre:
Pagamos unos 8 o 9€ por persona pero el plato llenaba bastante y estaba todo buenísimo. Fue un acierto.
Visitando lugares alternativos
Como ya habíamos visto todo lo importante del casco antiguo de Riga, decidimos dedicar la tarde a visitar sitios que quedaban «a las afueras». Digo «afueras» entre comillas porque Riga es relativamente pequeña y, al igual que Tallín, se puede ir caminando a todos lados.
Por ejemplo, uno de los lugares que visitamos fue el mercado de Riga:
También fuimos a ver el Monumento a la Libertad, al cuál se llega a través del parque Bastejkalna que bordea el canal de la ciudad (llamado Pilsētas Kanāls). Este canal antes era un foso y protegía el interior de la ciudad de los invasores. Hoy es un parque se separa el casco antiguo del centro de Riga.
Otro lugar que visitamos fue la Catedral de la Natividad de Cristo, una de las mayores iglesias ortodoxas de los países bálticos.
En este tipo de iglesias no está permitido tomar fotos. De hecho, a un turista le llamaron la atención por hacerlo. Según una advertencia en la entrada, las mujeres tenían que entrar con falda y un pañuelo en la cabeza. Como no tenía nada, me puse la braga del cuello a modo de «tapadera». Si no, también había la opción de pedir prestado un pañuelo en la taquilla en la entrada de la catedral.
Una de las cosas que más me llamaron la atención es ver a tanta gente joven en iglesias y catedrales. Pasaba lo mismo en las iglesias de Tallín. Debe ser porque en España cada vez más se está perdiendo esta costumbre. En cualquier caso, el estilo de iglesias de los países bálticos es muy diferente al del sur de Europa tanto a nivel interior como exterior.
Cena exprés en una hamburguesería
Después de la pateada fuimos un ratito a descansar al hostal. Bueno, descansar lo que pudiéramos porque en una hora ya teníamos el tour nocturno en kayak. Fuimos con nuestros compañeros a cenar algo rápido a una hamburguesería que estaba al lado. Sin embargo, como íbamos muy justos de tiempo pedimos la hamburguesa para llevar y nos la comimos en el punto de encuentro del tour. Lo mejor de todo es que los compañeros que habían tenido la idea de ir a cenar, no cenaron nada…
Tour nocturno en kayak por el río Daugava
Al principio nos rallamos un poco porque estábamos en la Iglesia de San Pedro (el punto de encuentro del tour) y no había prácticamente nadie. Solo pasaban grupos de amigos o parejas. Al cabo de un rato, vimos a un señor enfrente de la iglesia que parecía que estaba esperando. Le preguntamos y, efectivamente, él era nuestro guía.
El tour nos costó 25€ por persona incluyendo el transporte hacia el inicio de la ruta, el guía y todo el equipamiento (kayak, chalecos salvavidas, etc). Durante el mes de abril el tour comienza a las 20h pero en verano, como se hace de noche más tarde, lo mueven a las 22h. Dura unas 3 o 4 horas y, en nuestro caso, terminamos a medianoche. Eramos 5 personas: nosotros tres y una pareja jovencita de los Países Bajos.
Preparándonos para el tour
Primero, nuestro guía nos explicó los dos tipos de palas que podíamos coger. También nos hizo probar ambas para ver cuál era la más cómoda para cada uno. Nos enseñó los movimientos para manejarla y el pobre se estresaba un montón al ver que no había manera de que entendiéramos la mecánica. Queda demostrado que la teoría es una cosa y la práctica es otra.
Después, nos explicó cómo poner la funda de neopreno en el kayak. Se trata de una funda que te pones en el cuerpo a modo de vestido y que luego, cuando te metes en el kayak, la enganchas allí para que no entre el agua. Esto fue una odisea total. Cuando el guía nos lo explicó parecía fácil pero a la hora de la verdad fue un auténtico caos. Ninguno de los 5 fuimos capaces de hacerlo a la primera y el guía tuvo que venir a ayudarnos en más de una ocasión. Si ya teníamos dificultades «en tierra», imagínate en el kayak en el agua poniéndote el neopreno… Pero bueno, al final todos lo conseguimos. ¡La práctica hace al maestro!
Definitivamente eramos principiantes totales, no teníamos nada de experiencia y tardamos la vida en prepararnos en el kayak. Hicimos muchas pruebas antes de empezar pero bueno, más vale tarde que nunca e ir seguros de no caerte en el río, ¿no?
El recorrido por el río
Una vez ya preparados, comenzamos la ruta por el río Daugava. Pasamos por diversos puntos para observar lugares de interés como por ejemplo el puente Vansu iluminado, la fachada del mercado, el parque… Cada vez que parábamos en un sitio nuestro guía nos explicaba su historia o curiosidades. Por suerte íbamos abrigados y no hacía tanto frío.
En nuestro kayak íbamos tres personas. Como yo era quien pesaba menos, iba la primera y mi misión era guiar el kayak. Sin embargo, mover y dirigir un kayak con tres pesos pesados no es tarea fácil porque cada uno íbamos a nuestra bola. Sin embargo, a pesar de todo creo que nos coordinamos bien.
Otra de las cosas interesantes del tour era que, en teoría, podías ver castores en las orillas del canal o en el río. Nosotros fuimos bastante gafes y no vimos nada. Bueno, yo vi uno que se tiraba al agua y nadaba un poco, pero ya está… Me recordó mucho a cuando fuimos a Perú al mirador de cóndores del Cañón del Colca. Se supone que veías un montón a un metro de ti, pero nosotros no vimos ni uno. Empiezo a pensar que somos un poco gafes para estas cosas.
Sin embargo, tuvimos bastante suerte con el tour porque una hora antes de empezar había estado lloviendo y temíamos que se cancelara. Pudimos hacerlo sin problemas. Personalmente, recomiendo bastante hacer esta actividad porque es diferente, divertida y te hace ver la ciudad de Riga desde otra perspectiva.