Visita a las minas de sal de Wieliczka en Cracovia
Cracovia, 12 de agosto de 2018.
Uno de los lugares que tenía pendiente visitar desde que llegué a Cracovia eran las minas de sal de Wieliczka. La primera vez que llegué a la ciudad aproveché para ver el casco antiguo y el barrio judío y pospuse el campo de concentración de Auschwitz y las minas de sal para dedicarles un día completo cuando terminara de trabajar en Zakopane. Sabía que eran dos sitios que se merecían una visita en condiciones, y sin prisas.
Anoche estuve mirando opciones para ir a Wieliczka y vi que había bastantes posibilidades. Por un lado, podría contratar una excursión organizada que incluía el transporte y la entrada. Si no, podía ir hasta allí por libre y comprar la entrada en la taquilla. La diferencia de precio entre una cosa y otra era bastante notable. Lo que me preocupaba era que en todas las páginas web aparecía que las entradas estaban agotadas pero leí que siempre dejaban un margen para viajeros de última hora. Así que, siendo fiel a mi estilo de viajera low cost, decidí jugármela, plantarme en las minas de sal y probar suerte.
Un poco de historia
Para poneros en contexto, las minas de sal de Wieliczka son de las más antiguas del mundo. Fueron descubiertas en el siglo XV y fueron explotadas sin descanso para producir sal de mesa hasta hace poco.
Durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes la utilizaron como almacén de guerra. En 1978 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y actualmente es uno de los lugares más populares de Polonia, recibiendo más de un millón de visitas cada año.
Las minas tienen más de 327 metros de profundidad y más de 300 kilómetros de largo. Son conocidas como «la catedral subterránea de la sal de Polonia».
Cómo llegar a Wieliczka
Wieliczka no está en el centro de Cracovia, sino a unos 15 kilómetros en las afueras. Por lo tanto, la opción de ir caminando quedaba totalmente descartada. Durante mi investigación sobre cómo llegar vi que había tres maneras de hacerlo:
- Contratando una excursión organizada: obviamente esta es la manera más cómoda y segura ya que no tienes que preocuparte ni del transporte ni de la entrada. El precio de los tours oscila entre los 30 y los 40€.
- En tren: los trenes salen cada media hora desde la estación central de Cracovia, la Dworzec Główny. El trayecto tarda unos 20 minutos. Si escoges esta opción, tienes que bajarte en la parada de Wieliczka Rynek Kopalnia. El ticket de ida cuesta 3,50PLN y se puede comprar online desde esta página web o en la taquilla de la estación.
- En autobús: la línea que tienes que tomar es la 304. La parada está en la calle Ogrodowa, cerca de la Galería Krakowska, y tienes que bajarte en Wieliczka Kopalnia. Los tickets se pueden comprar en una máquina dentro del mismo autobús y los precios varían en función del tiempo de trayecto. Pero ¡ojo! Para ir a las minas no sirve el billete sencillo. En la máquina, tienes que seleccionar un billete especial (que son unos 20 céntimos más). Yo no lo sabía y compré el sencillo. Sin embargo, tuve bastante suerte porque cuando pasó el revisor del autobús y vio que no tenía el ticket correcto «me perdonó». El precio del autobús y del tren es prácticamente el mismo.
En la web de las minas de sal de Wieliczka vienen todas las opciones explicadas.
Horarios y distribución del tour
El horario de las minas varía en función de cuándo vayas a las minas y la entrada se distribuye por turnos, separados por idiomas. Hay que tener en cuenta que el recorrido dura unas tres horas. Si vas muy justo de tiempo, no podrás verlo todo con calma o correrás el riesgo de quedarte fuera. Yo fui por la mañana, sobre las 10:00, para aprovechar el día y estar preparada por si tenía que esperar un par de turnos para entrar.
Para comprar la entrada simplemente me puse en la cola y esperé mi turno. Había bastante gente pero avanzaba rápido. Una vez en la taquilla, la encargada me preguntó si quería unirme al tour en inglés o en castellano. El tour en castellano empezaba en menos de 5 minutos pero la señora me dijo que me daba tiempo, así que para allí que me fui. Para cada idioma había diferentes horas de inicio de los tours. Por ejemplo, para el recorrido en español había uno a las 11:30 (el que hice yo) y otro a las 15:30 de la tarde. Como es lógico, los tours en inglés eran más frecuentes (pero también se agotaban antes) y creo que entraba un grupo cada hora.
Con la entrada en mano, me dirigí a la cola señalizada con la bandera de España y me uní a los demás españoles para comenzar el tour unos minutos después. Los grupos iban entrando por turnos para que no hubiera acumulación dentro de las minas.
Nota: no es posible entrar a las minas de sal por libre. Necesitas hacerlo mediante una visita guiada.
Precios e itinerarios
Los precios también varían en función del recorrido que escojas:
- Itinerario turístico: como su nombre indica, este es el tour más popular y completo y te lleva a los lugares más importantes de las minas. Incluye las cámaras, lagos subterráneos, construcciones de madera, esculturas de sal, etc. En temporada alta y con guía en idioma extranjero (no polaco) la entrada estándar cuesta 94 PLN (22€).
- Itinerario minero: más que una visita a las minas es como una expedición, ya que vas equipado con ropa de trabajo, casco y lámpara como si fueras un minero de verdad. Es más estilo «aventurero» que turístico, aunque el precio es el mismo.
- La torre de graduación y la ruta peregrina: la primera es un paseo destinado a tratar enfermedades del sistema respiratorio. El aire de la torre está lleno de aerosol de sal con propiedades curativas. Por otro lado, la ruta peregrina es un recorrido religioso subterráneo por las minas de Wieliczka para visitar capillas, esculturas sagradas y rezar en la Capilla de San Juan.
Una cosa que me pareció curiosa es que, si querías echar fotos o grabar vídeos en el interior de las minas, tenías que pagar un suplemento de 10 PLN (2,30€). No solo eso, podías pagar esta cantidad dentro de las mismas minas, a un señor que estaba en un mostrador justo antes de llegar a la capilla principal. Cuando pagabas, te ponía una pegatina que indicaba que estabas «autorizado» para echar fotos. Podías pagar hasta con tarjeta de crédito.
La ruta
El itinerario turístico
Para empezar el tour, bajamos más y nada menos que 378 escalones para llegar al primer nivel. Después, debes seguir bajando más escaleras (800 en total) para ver todas las galerías. Las escaleras eran en forma de caracol y cuando llevabas unas cuantas empezabas a notar como perdías la noción del descenso. Llegaba un punto en el que ya no sabías cuánto llevabas ni cuánto te quedaba, y algunos españoles que venían en la misma excursión que yo se empezaron a impacientar.
La ruta turística tiene una longitud de 3,5 kilómetros de galerías en las que puedes ver 22 cámaras de lo más peculiares Por ejemplo, lagos subterráneos, antiguas herramientas y maquinaria de minería, esculturas e incluso capillas religiosas excavadas en sal. Me llamó la atención que prácticamente todo estuviera hecho con este elemento, incluso los cristales de los candelabros de las cámaras. Durante el recorrido también vimos exposiciones que ilustraban la historia de Wieliczka.
La Capilla de Santa Kinga
El lugar más bonito de las minas de sal fue la Capilla de San Kinga, una enorme sala de 54 metros de largo decorada, como no, a base de sal. Antes de llegar a la sala estaba el señor que cobraba a los turistas que quisieran echar fotos o hacer vídeos. Yo preferí continuar y observar la capilla por mi propia cuenta.
La sala estaba llena de esculturas de personajes célebres como Copérnico, el rey polaco Casimiro el Grande, o la reproducción de «La última cena» de Leonardo Da Vinci. Lo más interesante de todo es que quienes esculpieron las esculturas fueron tres obreros que trabajaban allí y lo hicieron por amor al arte. Imagino que tendrían una paciencia digna de admirar porque os aseguro que las esculturas estaban cuidadas hasta el más mínimo detalle. Estos señores fueron enterrados en esta misma capilla.
Otra de las cosas que me llamaron la atención de la capilla de Santa Kinga es que todavía sigue activa. A día de hoy, se siguen celebrando bodas y todo tipo de eventos gracias a sus grandes dimensiones.
La Józef Piłsudski Grotto
Otra de las cámaras más relevantes fue la cueva dedicada a Józef Piłsudski, el primer jefe de Estado de la Segunda República Polaca. En el centro de la sala había una enorme piscina de agua y un túnel que conectaba con otra cámara.
Las paredes de esta cámara estaban hechas de madera, y de sal, y presentaba una figura del siglo XIX de San Juan Nepomuceno, un mártir que prefirió morir antes que revelar un secreto, y que se ahogó en el río Vltava. Por este motivo, se le considera protector contra las calumnias y las inundaciones.
El momento turístico
Cuando terminamos el tour, llegamos a una especie de sala que, en cierta forma, rompió la magia de las minas de sal (o, al menos, su punto exótico). En ese espacio habían instaurado una gran tienda de souvenires, un bar para comprar bebida y comida, lavabos, etc. Sí… dentro de la misma mina. Entiendo que quieran hacer negocio del lugar, pero me pareció un tanto artificial.
De regreso al centro
Para volver al centro, decidí innovar y tomar el tren en lugar del autobús. La estación se encuentra a pocos metros de las minas, y el ticket se puede comprar en una máquina que está en el mismo arcén. Durante el camino de vuelta conocí a una pareja de españoles muy simpáticos que estaban viajando por Polonia de vacaciones. Definitivamente, siempre es buena ocasión para conocer gente 🙂
Me pareció interesante haber visitado las minas de sal ya que no es algo que acostumbres a ver en cualquier sitio. Aunque al principio me resultó extraño que no te dejaran ir por tu propia cuenta, al entrar en las minas lo entendí. Hay muchos caminos y si te pierdes te podrías meter en buen marrón, ya que al estar bajo tierra y no haber cobertura quedarías incomunicado. Quizá lo encontré un poco caro comparado con otras actividades que puedes hacer en Polonia, pero el trabajo de conservación de las minas debe ser bastante cuidado.
Si vas a pasar unos días en Cracovia y ya has visto el casco antiguo y el barrio judío, puede ser una buena idea complementar tu visita en las minas de sal de Wieliczka.