De la agradable brisa catalana al frío invernal de Finlandia
Helsinki, 30 de enero de 2018.
¡Hola desde Finlandia!
Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo cuando estás a punto de irte de viaje. Hace sólo unas semanas decidí venir a Finlandia a pasar una temporada y, ¡por fin llegó el día! Con mi vuelo de ida pero sin mi vuelo de vuelta, me dispongo a emprender un viaje que no sé ni dónde ni cuándo acabará.
El motivo
Son varios los motivos que me han llevado a emprender esta aventura. Mirando hacia atrás en el tiempo, me di cuenta de que durante estos últimos años mi vida se había convertido en una rutina. Tenía mi casa, mi trabajo, mis amigos y mi día a día ya planificado. Me encontraba ante una situación de comodidad que me había hecho olvidar lo que era la ilusión y la motivación. Necesitaba hacer un cambio en mi vida. Un cambio drástico para volver a encontrar mi camino.
Con esto quiero dejar claro que esta premisa no es válida para todo el mundo. Hay personas que son felices teniendo una vida estable y que no necesitan cambios grandes para ser felices. Cada uno de nosotros tiene ambiciones y aspiraciones diferentes, y todas son igual de válidas.
El destino: Finlandia
Finlandia es un país que he tenido siempre en mi lista de sitios a visitar. Hace muchos años estuve en Helsinki con mi familia cuando hicimos el crucero de las capitales bálticas. Pero claro, fue sólo un día, y en un día no ves casi nada. No solo eso, cuando viajamos a algún sitio solemos ir con todo (o gran parte) planificado, ya que tenemos los días justos y, como decimos en Barcelona, «anem per feina” para no perdernos lo principal.
Por otro lado, llevaba ya tiempo con la espinita de visitar un país nórdico en invierno. Es decir, vivir de primera mano el frío polar. Sé que para la mayoría de personas no es la mejor época para venir pero ¡me encanta ver nevar y los paisajes invernales! Todo es cuestión de abrigarse bien y no dejar que el frío te cale por dentro.
Por el momento, mi viaje empieza en Helsinki y continúa en el sureste de Finlandia. Antes de coger el vuelo estaba nerviosa, pero ahora que ya estoy en el hostal el sentimiento es diferente. Me siento tranquila porque creo que he tomado la decisión correcta, ¡y porque he sobrevivido a los primeros minutos de este frío polar!
Y, para terminar…
Nunca he hecho un viaje de este estilo y ahora mismo tengo una mezcla de emociones. Por un lado, me hace mucha ilusión ver qué me depara este nuevo país. No voy a negar que tengo un poco de incertidumbre porque no me imagino cómo van a ser los próximos días, semanas o meses. A pesar de ello, creo que mientras la palabra sea incertidumbre y no miedo, es una sensación positiva.
Mi objetivo con este blog es contar mi experiencia en este país, a modo de diario de viaje. En teoría este post debería haber sido del día uno pero me he enrollado como las persianas… así que pongo punto y final de momento y ¡nos vemos en el siguiente!