Últimos días en Savitaipale. ¡Hasta pronto, Finlandia!

Savitaipale, 25 de marzo de 2018.

Hoy, después de casi dos meses viviendo y viajando por Finlandia, toca decir adiós a este maravilloso país. Cuando llegué mi intención era estar aquí durante un mes pero gracias a mis compañeros y al tiempo tan increíble que he pasado aquí, al final me he quedado cerca de dos meses. ¡Es increíble lo rápido que pasa el tiempo!

La verdad es que me da un montón de pena irme porque ha sido una experiencia inolvidable. Cuando llegué pensaba que mi día a día sería trabajar 5 horas al día y luego irme a hacer turismo por mi cuenta. Sin embargo, no ha sido así para nada. Sin comerlo ni beberlo nos hemos convertido en un grandes amigos y me siento muy afortunada de haber compartido dos meses con grandes personas. ¡Mi segunda familia! 

Cambiando de aires

Antes que nada, quiero aclarar que mi decisión de cambiar de lugar no significa ni mucho menos que esté mal en Finlandia. Sin embargo, sí es cierto que dentro de mi sentía la necesidad de probar cosas nuevas antes de volver a Barcelona. Dicen que las oportunidades hay que tomarlas cuando llegan, ¿no?

Durante este tiempo que he estado en Finlandia he aprendido muchísimo en varios aspectos. He podido vivir de primera mano lo que es vivir en un país nórdico, he conocido a personas increíbles de otras culturas, he viajado sola y he desempeñado tareas que quedan totalmente fuera de mi zona de confort. Sin embargo, de lo que más he aprendido ha sido de mi misma. Ahora me veo más capaz de probar cosas diferentes, de moverme con más soltura y de tomar mis propias decisiones.

La experiencia de WorkAway no podría haber ido mejor (pero ya haré un post al respecto, porque si no esto se puede alargar muchísimo). Por eso, tenía claro que quería hacer otro WorkAway así que estos últimos días he estado buscando en países cercanos a Finlandia. La verdad es que todo ha ido más rápido de lo que esperaba. Cuando estaba en Barcelona todo era mucho más lento. O los anunciantes no respondían a los mensajes, lo que ofrecían no se adaptaba a lo que yo buscaba, o sencillamente no les quedaba sitio para otra persona más.

Y mi próximo destino es…

En esta ocasión me vi ante la posibilidad de escoger entre Suecia, Suiza, Bélgica y Estonia. Y, finalmente, el ganador ha sido… redoble de tambores…

¡¡¡¡¡¡Estonia!!!!!!

Y, seguramente, os preguntaréis… ¿Estonia? pero, ¿qué hay en Estonia? Bueno, en realidad no lo sé muy bien. Estuve en Tallín hace algunos años con mis padres en el crucero de las capitales bálticas y recuerdo que me gustó muchísimo. Tiene un casco histórico precioso y es conocido por ser un país con bastante naturaleza. Además, está muy cerca de Finlandia y es un país poco turístico y masificado, así que es el lugar perfecto. ¡Nunca se sabe si volveré a estar por los alrededores!

¿Dónde, cuándo, y por qué?

Estaré viviendo en Tallín, la capital de Estonia, y trabajando de voluntaria en un hostal que se llama Tallinn Backpackers. Para los curiosos, os dejo aquí el enlace donde encontré la oferta. Según explican en el anuncio, las tareas principales serán en la recepción, limpiando y socializando con los huéspedes. Trabajaré 24 horas a la semana. ¡Ya iré contando qué tal! De momento os dejo un resumen de lo que han sido mis últimos días en Finlandia.

Último día de voluntariado en Finlandia

Hoy por la mañana he estado ayudando a uno de mis compañeros a mover y organizar muebles de madera para fotografiarlos. Estas fotos las subiremos en la tienda online, que es una de las vías de negocio del Flea Market. Eran muebles había una cama, un armario, un zapatero, una cajonera… ¡y pesaban lo suyo! Ayer trajimos todos estos muebles y los tuvimos que limpiar a toda prisa para poder fotografiarlos hoy por la mañana y subirlas a Internet lo antes posible.

Paralelamente, mientras él hacía las fotos, yo he estado limpiando un congelador y una nevera a las que también había que fotografiar. Sin embargo, ha llegado un punto en el que me ha calado el frío y me he ido dentro de casa a hacer otras cosas. He estado clasificando ropa y limpiando objetos para poder ponerles precio después. Por lo que se ve, se me da bien esto de clasificar ropa. ¡Siempre que encomiendan a mi esta tarea! Básicamente, cuando nos llega una tanda de ropa tenemos que dividirla en:

  • Ropa en buen estado que:
    • Está lista para poner precio
    • Hay que planchar antes de poner precio
    • Debe lavarse porque huele mal
    • Debe lavarse porque tiene manchas
  • Ropa con desperfectos (agujeros, manchas que no se van, o que están en mal estado). Estas las descartamos.

… y otras últimas tareas pendientes

Otra de las cosas interesantes que he hecho estos días ha sido arreglar un libro antiguo de flores y plantas del año 1959. Tenía unas 90 páginas y en cada una había una flor pegada junto a su ficha técnica. No estaba en muy buen estado y las hojas estaban ya marchitas, pero era súper curioso, sobre todo por lo antiguo que era y lo “bien” que se conservaban algunas de las plantas. No sé si la autora era conocida ni cuánto podría costar, pero era cuanto menos interesante.

Además de trabajar, también tuve la oportunidad de volver a la librería después del fail del otro día. Me cogí un libro que se llama The Year of the Hare, del escritor finlandés Arto Paasilinna. No me lo he terminado, pero queda pendiente.

Despedida a base de nieve

Después de trabajar hemos ido a dar una vuelta por dentro del bosque, ya que la única vez que estuve ahí fue para ir a Rovastinoja. Estuvimos un rato jugando con la nieve, como niños. Tirándonos bolas de nieve los unos a los otros en equipos de dos, tirándole bolas a uno sin que pudiera mover los pies de su sitio, subiéndonos a árboles como monetes (bueno, yo esto no). Me he dado cuenta de que soy un poco torpe y, a veces, insegura, porque me da respecto que me lancen bolas de nieve. Siempre voy con mucho cuidado o tiro las bolas muy delicadamente como si fuera Cupido lanzando sus flechas. Pero bueno, cada uno tiene su estilo, ¿no?

En resumen, ha sido una tarde muy divertida y que necesitaba tener antes de irme de Finlandia. Buen ambiente, buenos paisajes y mejores personas. Por si no fuera poco, hemos culminado el día con una sesión de sauna en casa. Esto es algo que echaré mucho de menos cuando me vaya de Finlandia pero como siempre digo: no es un adiós, sino un hasta pronto. ¡Volveré!

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