Próximo destino: Palermo y el autobús nocturno
Zagarolo, 21 de mayo de 2018.
El plan inicial de hoy era ir a un lago que está a una hora del pueblo pero como estaba lloviendo mucho no pudimos. También queríamos ver un vídeo llamado «The meaning of life» que por lo que se ve es una especie de documental. Entre una cosa y otra, tampoco lo hicimos. Sin embargo, como quería aprovechar la mañana fui con mi amiga Veera a desayunar a una cafetería en el centro de Zagarolo.
He de decir que nos costó un montón ir hacia al centro porque una pequeña criatura no quería que nos fuéramos… y se echó una siesta en el bolso de Veera.
Meditación bajo la lluvia
La lluvia no ha sido impedimento para hacer nuestra sesión de meditación. A la de hoy la hemos bautizado como «raining meditation» porque la hemos hecho bajo la lluvia. ¡Al menos no estaba diluviando! Al principio no estaba segura de querer hacerla porque no quería mojarme la ropa. Tenía que meterla en la mochila y si estaba empapada luego olería fatal. Por suerte, mi compañero Jocelyn me hizo el gran favor de prestarme ropa de deporte suya para que la mía no se mojara. Os podéis imaginar mis pintas con su ropa y con una camiseta a modo turbante para no mojarme el pelo…
Como siempre, Jocelyn ha guiado la sesión y hoy hemos sido 8 personas, entre voluntarios, huéspedes y hasta miembros del staff. En esta práctica, además de hacer yoga y estiramientos, hemos vuelto a hacer dancing meditation, al igual que ayer.
Como detalle, hemos terminado la sesión pidiendo un deseo cada uno. Los hemos escrito en un papelito y los hemos escondido en algún rinconcito del jardín. ¡Espero que se cumplan!
La pizzería de la salvación
Hice la mochila bastante rápido porque tenía todo bastante organizado de antes (y porque me estaba muriendo de hambre…). Mis compañeros fueron muy majos y me esperaron para ir a comer, así que fuimos al centro de Zagarolo para buscar algún sitio abierto. Fuimos un poco desafortunados porque ya eran las 17:00h de la tarde y estaba todo cerrado.
Estuvimos vagueando por el centro hasta que encontramos un sitio abierto: la pizzería Staroccia Mariella, en la Piazza della Indipendenza. Allí tenían pizzas a MUY buen precio: 3 porciones por 3€. Esto me recordó a las veces que había ido a Roma y había pagado casi 10€ por la misma cantidad. Estuvimos allí en la misma plaza comiéndonos las pizzas, hasta que comenzó a llover y nos volvimos al hostal.
Ahora sí, la despedida
Después llegó el verdadero momento despedida. Tanto mis compañeros como los huéspedes vinieron al salón a despedirme. Hicimos algunas fotos, nos dimos los últimos abrazos, me harté de llorar y, finalmente, cogí el shuttle para ir a la estación de tren.
No sé si queda un poco fuera de lugar que diga esto, pero el conductor del shuttle me dijo una cosa muy bonita, y me gustaría recordarlo cuando lea este artículo, Dios sabe cuándo. Me dijo que en un año que llevaba trabajando allí nunca había visto una despedida tan emotiva y que, aunque no me conocía, debía ser una bravissima ragazza. ¡Muchísimas gracias por tus palabras, señor conductor del Wiki Hostel! 🙂
De Zagarolo a la estación de Tiburtina
El viaje en tren de Zagarolo a Roma Termini fue como siempre. 2,60€ el trayecto, y 37 minutos de camino. Después, para ir de allí a la estación de autobuses de Tiburtina tampoco fue complicado. Cogí la línea B de metro con dirección a Rebibbia y me bajé en Tiburtina. Son solo 4 paradas y se tarda unos 10 minutos.
Lo único que me resultó un poco confuso fue comprar el ticket en la maquinita del metro por una sencilla razón. Cuando seleccionas el total de billetes que quieres no aparece ningún botón para pagar. Tienes que meter el dinero directamente en la ranura y de ahí ya te saca el ticket. Por ejemplo, si seleccionas 3 tickets tienes que meter el importe correspondiente.
La estación de Tiburtina estaba a reventar de gente esperando a su autobús. Me fijé en que había policías con metralletas vigilando la zona, lo cuál no daba muy buena sensación. Parecía que fuera a pasar algo en cualquier momento.
El autobús nocturno
El autobús que tenía que coger yo era de la compañía Buscenter.it con dirección Trapani y parada en Palermo. El billete me salió bastante bien de precio, solo 31€ la ida. Yo ya había comprado el ticket con antelación por si acaso, porque al ser un autobús nocturno podría ser que la billetería estuviera cerrada. No lo quise comprobar.
Salimos a las 21:00h de la noche y nos esperaban 12 horas de trayecto por delante. Por suerte, el autobús iba bastante vacío. Todos teníamos bastante espacio para estirarnos hacia atrás en los asientos. Tampoco tenía a nadie a mi lado. Además, los pasajeros eran muy tranquilos y nadie armó jaleo en todo el trayecto.
En el autobús había enchufes para poder cargar tus dispositivos. No había Wi-Fi, pero viendo la parte positiva esto suponía un «aliciente» para no permanecer despierto durante la noche.
La parada misteriosa
Si tenéis en mente la geografía de Sicilia os daréis cuenta de que es una isla. Es decir, no está pegada a la península. Me habían comentado en el hostal que en teoría tanto los autobuses como los trenes se metían en un ferry para llegar a Sicilia. Me parecía un tanto surrealista. Al principio pensaba que habría algún puente o algo que conectara ambos lados, pero no, no fue así.
Hicimos una primera parada a medianoche y después, a las 4:30h de la mañana, ocurrió. Sí, señoras y señores… el autobús se metió en un ferry. Iba en una especie de parking con el resto de vehículos de otras compañías para cruzar de la península a Sicilia.
Fue muy curioso porque en ningún momento noté que el autobús había entrado en un barco. Solo cuando vi que las luces del horizonte se veían cada vez más cerca. También porque se escuchaba el sonido del mar.
El parking era al aire libre y podías bajar del autobús si querías. Si no, podías quedarte dentro sin problemas. Calculo que el trayecto en el ferry duró una media hora, más o menos.
Entrando en Sicilia
Durante la noche intenté dormir lo que pude. Me acordé mucho de cuando cogí el autobús nocturno de Helsinki a Rovaniemi cuando visité la Laponia finlandesa hace unos meses.
Cuando empezó a amanecer me di cuenta de que el paisaje había cambiado completamente. Íbamos por la zona alta de Sicilia y se veía la toda la costa y la inmensidad del mar. También pasamos por algunos túneles entre las montañas. La verdad es que no me esperaba que la geografía de Sicilia fuera así. Me la esperaba diferente. Se veía el mar, las playas y los pequeños pueblecitos de la costa.
En este vídeo lo veréis mejor:
Llegamos a la estación de autobuses de Palermo a las 9:00, después de 12 horas de viaje. ¡Por fin!
Solo faltaba encontrar un lugar donde dormir…