Ruta de senderismo al santuario de Monte Pellegrino
Palermo, 27 de mayo de 2018.
Hoy tenía pensado hacer el free walking tour pero resultó ser un fail total. Vale, sí, salí de casa con el tiempo bastante justo, pero llegué al punto de encuentro a la hora y no sé si es que me equivoqué de sitio o que no se presentó nadie. En teoría el tour empezaba en el jardín botánico de Palermo a las 10:00h. Cuando llegué pregunté por los alrededores si alguien sabía algo del tour, pero nadie tenía ni idea. Así que, como no quería quedarme sin hacer nada, improvisé un plan: visitar el jardín botánico.
El jardín forma parte de la Universidad de Palermo, en concreto de la Facultad de Botánica. Para entrar no hace falta entrada. Hay un invernadero, un estanque y, sobre todo, plantas, árboles y flores de diferentes tipos.
Es ideal para pasear y para refugiarte del sol y del calor, ya que hay bastante sombra.
Después, como me pillaba más o menos cerca, fui a darme una vuelta por el puerto y se me ocurrió la idea de ir a alguna playa. Sin más, busqué en Google Maps cómo llegar a la playa más cercana y al parecer había una a 20 o 25 minutos andando.
La playa peligrosa
Al salir del centro de Palermo empecé a notar cómo el ambiente se volvía cada vez menos seguro. Las casas, la gente y el entorno en general eran muy diferentes. No sé exactamente por qué, pero no me daba buena sensación. Es como que me sentía observada de alguna manera, seguramente por ser turista.
Cuando llegué a la playa vi que tenía que pasar sí o sí por un parking. En cuanto el empleado me vio entrar, me paró y me preguntó dónde iba. Le respondí que iba a la playa y me advirtió que no me recomendaba para nada ir a esa. Al parecer, es una playa peligrosa donde roban a muchos turistas. De hecho, me dijo que hacía cosa de media hora les habían robado a una pareja. Además, habían pillado a hombres haciendo fotos a chicas en la playa sin su consentimiento. Según me contó, él había trabajado en la policía y había visto muchos casos como estos.
Me recomendó ir a Mondello, la playa por excelencia de Palermo. Me dijo que era mucho más segura y que como iba mucha gente había más vigilancia. Así que nada, aborté misión y me volví a casa. Por cierto, en este enlace se puede ver la playa de Mondello a tiempo real. ¡Mola mucho!
Ruta de senderismo al Monte Pellegrino
Por la tarde aproveché para hacer una ruta de senderismo al Monte Pellegrino. Salí a eso de las 17:00h, cuando ya no apretaba tanto el calor y con la intención de ver el anochecer. Según Google Maps, llegar al santuario de Santa Rosalía desde el alojamiento eran casi dos horas caminando. Para ahorrar tiempo, cogí un autobús que te deja a pie de monte para allí empezar la ruta. Tarda una media hora en llegar.
Por cierto, antes de comenzar la ruta hay un cartel muy motivador que te avisa de que puedes morir allí:
A partir de allí, la ruta hacia el santuario está muy bien señalizada. Eso sí, no se trata de un camino de tierra ni de montaña. En todo momento vas por un sendero de piedra, y no tiene pérdida ninguna.
A medida que vas subiendo ves la ciudad de Palermo desde las alturas y puedes apreciar mucho mejor lo enorme que es. En serio, ¡no me imaginaba que fuese tan grande!
Aquí se puede ver mejor la extensión de la ciudad:
Llegué al santuario de Santa Rosalía a las 19:20 exactas, y cerraban 10 minutos más tarde. Tuve bastante suerte y puede verla por dentro. Era muy bonita y diferente a las demás porque estaba cavada en la roca.
El altar estaba decorado con luces de color violeta y flores:
Me fijé en que había muchísimas ofrendas en la entrada:
Cuando cerraron fui a buscar un lugar para ver la puesta de sol desde el Monte Pellegrino. Estaba un poco nublado pero eso no impidió que viera cómo anochecía desde lo alto de la montaña.
Volviendo del monte…
Se me hizo de noche cuando bajaba de Monte Pellegrino, pero gracias a la luz de la luna y de la ciudad pude volver sin problema. Tan solo había que seguir el camino por el que había venido.
Si hubiera sido una ruta de montaña de verdad no me hubiera quedado hasta tarde ni de broma. Lo peor de todo es que no llegué a tiempo para coger el último autobús así que tuve que caminar una hora y pico para volver al hostal. Pero bueno, llegué sana y salva, que es lo importante.
Había muchísimo ambiente por las calles de Palermo y tanto los bares como los restaurantes estaban llenos de gente. ¡Se nota que es fin se semana!