Roma: paseo por el Vaticano y el barrio de Trastevere
Roma, 14 de mayo de 2018.
Hoy he tenido el día completo libre y he aprovechado para hacer otra excursión a Roma. Lo bueno de nuestros turnos es que, aunque solo tenemos un día libre a la semana, están organizados para que tengamos 48 horas seguidas. Es decir, terminamos un turno de mañana a las 12h y tenemos libre ese día, el siguiente entero, y el próximo trabajamos en el turno de las 20h.
Como ayer ya había visto la mayoría de cosas, hoy quería dedicarlo a visitar lo que me faltaba: la Ciudad del Vaticano y el barrio de Trastevere. Eso sí, ¡hoy he ido acompañada!
La crew
Como tenía día libre y mi compañero Julián tenía turno hasta las 12, habíamos pensado en pasar la tarde en Roma. Hablando con otros huéspedes del hostal vimos que habían más grupos que cogían el mismo tren que nosotros, así que quedamos en hacer el trayecto juntos.
En el tren fuimos con una chica francesa que está haciendo un voluntariado en la granja del Wiki Hostel. Como vive en Roma y se lo conoce perfectamente, me recomendó una ruta para llegar al Vaticano viendo lugares bonitos por el camino. Le propuse la idea al resto de chicos del grupo y a todos les pareció bien, así que nos fuimos todos juntos a la aventura.
Antes de comenzar, me gustaría hacer mención especial a los chicos con los que pasé el día: Julián, de Argentina; Steven, de Reino Unido; Nick, de Washington (Estados Unidos); Nick y Kevin de Nueva York (Estados Unidos); y Salomón, de México. ¡La WikiHostel crew al completo!
Me nombraron la guía del grupo porque llevaba el mapa. A ser posible, prefiero llevar un mapa físico en lugar de estar mirando el móvil todo el rato. Es como mejor te aprendes las calles y conoces la ciudad. Menos mal que mi compañero Julián tenía uno porque la batería de mi móvil no es de mucho fiar…
Primera parada: buscando un mapa
Me encanta coleccionar mapas de ciudades, así que el primer objetivo era encontrar un lugar donde encontrar uno gratuito de Roma. En teoría, en la Via Nazionale había un quiosco donde tenían, así que fuimos caminando hacia allí desde la estación de Termini. Por más que preguntábamos en sitios, sólo tenían mapas de pago que iban desde los 2,50€ hasta los 4€. Con Nick, uno de los chicos estadounidenses, nos propusimos encontrar uno gratis para el final del día (spoiler: no lo conseguimos).
Durante el camino hicimos varias paradas para comprar algunos helados. Bajamos la Via Nazionale hasta llegar al Mercado de Trajano y a la Plaza Venecia. Desde allí se veía el Coliseo de lejos, tan majestuoso como siempre. Si os interesa, en este enlace os cuento más sobre estas reliquias de Roma. De aquí continuamos paseando por las callejuelas hasta llegar al Campo dei Fiori.
Campo dei Fiori
El Campo dei Fiori (Campo de Flores, en castellano) es una de las principales plazas de Roma. Desde el año 1869 hay un mercadillo donde se venden alimentos, flores y otros productos variados, todas las mañanas de lunes a sábado. Por desgracia, cuando fuimos nosotros ya estaban recogiéndolo todo y estaba todo el suelo bastante sucio. De noche se ve que hay un montón de terrazas y restaurantes abiertos donde van muchos turistas y locales.
Quizá porque llegamos en el momento menos oportuno, el Campo dei Fiori no cumplió con mis expectativas. Si hubiéramos ido más temprano o de noche, seguramente hubiera sido diferente.
De camino al Vaticano
Atravesamos la Plaza Navona para llegar al río Tíber. Con la tontería se nos hicieron las 16:30h de la tarde y estábamos muertos de hambre. Como Roma es carísima buscamos un puestecito para pillar algunas pizzas para llevar. Al final encontramos un sitio donde tenían buenas pizzas pero no escapaba de los precios desorbitados de Roma. En serio, cada porción costaba como 5€ y el precio varía en función del peso. Esto me recuerda a cuando fuimos al XL Pelmeni en Letonia, donde el coste de un bol de empanadillas también dependía de su peso.
Castillo de Sant’Angelo
Cruzamos el río Tíber por el puente Umberto I hasta llegar al Castillo de Sant’Angelo. Solo lo vimos por fuera porque íbamos con el tiempo justo y queríamos ir al Vaticano. Además había que pagar 14€ para entrar al castillo y no nos salía a cuenta.
A modo anécdota, este castillo fue construido por orden del emperador Adriano para que fuera su propio mausoleo. Más adelante, se convirtió en un cuartel y prisión y se utilizaba más para asuntos militares.
Ciudad del Vaticano y Plaza de San Pedro
Nada más llegar al Vaticano nos cayó una lluvia inesperada de 10 minutos. Por suerte, había traído mi poncho del Decathlon porque ya habían avisado de que podía llover. Siguiendo nuestra racha de suerte, nos encontramos con que el museo del Vaticano cerraba a las 16:00h. Yo ya lo había visitado hace unos años con mi familia, pero algunos de mis compañeros no tuvieron la misma suerte.
El Vaticano siempre me ha parecido una auténtica obra de arte. Una de las cosas que más me han llamado siempre la atención es la columnata de Bernini, en la Plaza de San Pedro. Además de la historia que guarda detrás, las columnas están colocadas de una manera un tanto peculiar.
Son 4 filas de columnas que crean tres pasillos entre cada una y que forman dos semicírculos con forma de elipse. En el centro de la plaza, entre el Obelisco y cada fuente hay un disco de mármol y granito en el suelo con el escrito “Centro del Colonnato”.
Si te pones encima de uno de ellos notarás el efecto óptico que hizo Bernini: parece que el columnado esté construido en una sola fila de columnas. Las otras tres se esconden perfectamente detrás de la primera. En cuanto te mueves del “Centro del Columnado”, el efecto óptico desaparece.
Descansamos un ratito en las escaleras de la plaza y luego nos dimos una vuelta por el Vaticano. Bueno, mejor dicho, bordeamos todo el recinto y era mucho más de lo que pensamos. Por el camino nos encontramos una fuente para reponer agua que no tenía muy buen aspecto, pero la gente llenaba sus botellas igualmente.
Fuimos paseando junto al río hasta que llegamos a Trastevere.
El barrio de Trastevere
El Trastevere es uno de los barrios más bohemios y alternativos de Roma, y lo visitan tanto turistas como locales. El lugar donde hay más actividad y ambiente es alrededor de la Plaza de Santa María in Trastevere, donde también se encuentra la basílica que le da nombre. Es un barrio súper encantador porque todo son callecitas empedradas donde vas encontrando pequeñas joyas de la antigüedad. Por ejemplo, modestas iglesias medievales, pequeñas tiendecitas o edificios que muestran cómo era la vida cotidiana en los siglos pasados.
Nos pillamos unas porciones de pizza y refrescos y nos sentamos en la Plaza Trilussa, en las escaleras de la Fontana di Ponte Sisto. Normalmente se sientan muchos turistas allí y algunos artistas callejeros aprovechan para mostrar sus números. Primero actuó un mago que hacía trucos un tanto extraños y que no acababa de convencer al público. Después le relevó un chico que se llamaba Roman y que hacía covers de Ed Sheeran y otros artistas. Nos cautivó por completo y estuvimos un buen rato escuchándole. No sé si alguna vez llegará a leer este artículo, nunca se sabe… pero os dejo un fragmento de su actuación. ¡A nosotros nos encantó!
La verdad es que no sé si se puede subir este tipo de vídeos. Si por casualidad alguien conoce o ha visto a este chico, ¡que me lo diga! No le he conseguido encontrar por Internet.
¡Adiós, tren!
Nuestro tren salía de Roma Termini a las 21:28h. Eran las 20:45 y todavía seguíamos en la Plaza Trilussa con todo el chill. Según Google Maps, teníamos 40 minutos caminando hacia la estación así que pensamos… venga, va, all in! Nos pusimos el turbo y emprendimos el camino a paso ligero (mentira, casi corriendo) para intentar coger ese tren.
Eran las 21:20 y veíamos a lo lejos como se asomaba la estación… No llegábamos ni de broma. Sin embargo, no perdimos el ritmo y llegamos a Roma Termini a las 21:26h. Así que dijimos… ¿¿¿Y si nos da tiempo???
Corrimos hacia una de las máquinas para comprar los billetes. Fuimos todos a la misma para comprar todos de golpe ya que teníamos solo 2 minutos. Kevin, uno de los chicos, fue a otra máquina, mientras que Salomón, otro de ellos, ya había comprado su billete de vuelta por la mañana. El resto nada de nada.
Fue un momento crítico y de crisis total porque a la hora de pagar, Nick metió la tarjeta, que en teoría iba sin PIN, y le pidieron el PIN. Cancelamos la operación y volvimos a probar con una tarjeta de débito. Esta vez funcionó, pero hubo un detalle que no conocíamos… la máquina tenía que imprimir 5 billetes diferentes y no solo 1 para todos. Tardó la vida y media, ya eran las 21:28 y los otros dos compañeros fueron corriendo a ver si podían “parar el tren”.
Obviamente no.
Corrimos hacia el tren con todos los tickets pero ya era demasiado tarde, lo habíamos perdido… ¡Por dos míseros minutos! El chico que había comprado el ticket en la otra máquina había conseguido entrar al tren, y a Steven se le cerraron las puertas en la cara. ¡Qué mala suerte!
De vuelta al hostal
Por suerte todavía teníamos un último tren una hora más tarde. Si perdíamos ese, nos quedábamos atrapados en Roma. Solo os diré que el taxi de Roma a Zagarolo son alrededor de 100€… Para pasar el rato, fuimos a un paki a pillar algunas cervecillas y nos pusimos una alarma, por si acaso.
Una vez ya en Zagarolo fuimos caminando hasta el hostal. Como no cabíamos todos en el shuttle decidimos ir todos caminando. ¡O todos o ninguno! Nos pusimos música motivadora en el móvil para animar el ambiente y allí fuimos, paseando junto a la carretera en plena noche hasta llegar al hostal. Por el camino nos encontramos con una de las encargadas del hostal que había ido en coche a la estación a buscarnos. Como era el último tren, sabía que veníamos en ese (a menos que nos hubiéramos quedado abandonados en Roma…).
En definitiva, ha sido un día estupendo, productivo y con mejor compañía imposible. Nos perdimos la Pasta Party, que es un evento parecido a la Pizza Party que organiza el Wiki Hostel. ¡Pero mereció la pena! Eso sí… luego miramos en una app cuánto habíamos caminado y han sido nada más y nada menos que 25 kilómetros. ¡A tope!