Excursión al estanque de Zakrzówek y viaje a Zakopane
Cracovia, 7 de julio de 2018.
Hoy tenía pensado darme un último paseo por el centro antes de ir a Zakopane. Sin embargo, al final surgió un plan improvisado de última hora gracias a Francesco, un chico italiano que conocí mientras desayunaba en la cocina. Estuvimos charlando y me enseñó en su móvil las fotos de un parque natural muy bonito que al parecer estaba en Cracovia. Según me dijo, no conseguía localizar donde era porque todos los polacos le decían que ese sitio no existía. Al final descubrimos que se trataba de Zakrzówek, un estanque precioso alejado del bullicio de la ciudad y que puedes bordear por una especie de acantilados rocosos.
Excursión a Zakrzówek
Qué es Zakrzówek
El estanque de Zakrzówek está formado por dos embalses unidos mediante un istmo y se creó en 1990. Sin embargo, no siempre fue así. En la Segunda Guerra Mundial fue una cantera donde los nazis forzaron a trabajar personas, entre ellos a Karol Wojtyła, quien más tarde sería elegido Papa. Cerca del estanque de Zakrzówek se encuentran las Rocas de Twardowski, un conjunto de paredes rocosas donde muchos cracovianos practican escalada.
La leyenda dice que Twardowski, un hechicero polaco, tuvo una escuela de magia cerca de un acantilado. Un día su laboratorio explotó y originó las rocas que vemos hoy en día. Por otro lado, el nombre “Zakrzówek” significa “un lugar detrás de los arbustos”.
En teoría es peligroso bañarse en el estanque y está prohibido. Solo pueden hacerlo los buceadores que se sumergen en sus profundidades para ver curiosidades como un Fiat 125, un autobús, una furgoneta, barcos y el antiguo vestuario de los canteros.
Cómo llegar
El estanque está a 45 minutos caminando de la Plaza del Mercado de Cracovia. Puedes coger el tranvía en el centro y ahorrar un tramo pero tienes que hacer una parte a pie igualmente, ya que no hay transporte directo. Nosotros hicimos todo el camino andando y tardamos una hora desde el Submarine Hostel, el hostal donde estamos alojados.
Este sitio no está anunciado en prácticamente ningún sitio de la ciudad. De hecho, mi compañero me explicó que cuando preguntabas a los polacos sobre Zakrzówek decían que no lo conocían. En teoría lo hacen porque no quieren que se convierta en un sitio turístico. No estoy segura de que si esto es cierto o no, pero si fuera así no les faltaría razón. Sería una lástima y hay gente muy poco respetuosa con el medio ambiente.
Para acceder al recinto del estanque tuvimos que pagar 13PLN (unos 3€). Nos pusieron una pulserita y comenzamos la ruta.
Nuestro paseo
Nada más pasar el control encontramos dos senderos: uno que subía y bordeaba el estanque y otro que bajaba a una especie de playita. El primero quedaba a la izquierda y costaba un poco de ver porque había una valla y muchos árboles que hacían que pasara desapercibido. Por el contrario, el sendero que iba a la pequeña playa es el que se cogía por inercia al pasar la entrada. Nosotros nos decantamos por el segundo.
En el estanque no había casi nadie y se estaba bastante tranquilo, si bien a medida que se hacía más tarde fue llegando gente, tanto locales como extranjeros. Nosotros encontramos una especie de orilla donde cubría el agua hasta los pies. Nos asentamos allí, dejamos nuestras mochilas y estuvimos disfrutando de las vistas un buen rato.
El agua estaba helada pero te acostumbrabas rápido. Además, estaba súper clara y se podían ver los pececillos nadando por la orilla. De vez en cuando también se veía gente en kayak.
Después de refrescarnos en la orilla decidimos tomar el camino que bordeaba el estanque. Primero intentamos descubrir si había algún atajo para subir desde la playa pero llegaba un punto en el que el camino se terminaba y era imposible continuar. No nos quedó más remedio que volver a la entrada y tomar el camino de la izquierda.
Las vistas del estanque desde arriba eran espectaculares. Durante el camino encontramos todo tipo de senderos: entre árboles, en pleno sol, algún que otro mirador y un supuesto atajo que llevaba a una propiedad privada, y del cual nos echaron.
De regreso al centro
Después de dar la vuelta entera al estanque emprendimos el regreso al centro. Para no volver por donde habíamos venido quisimos innovar y probar caminos diferentes, y no nos salió del todo bien. Cuando llegamos al río Vístula cogimos un puente distinto que nos hizo dar una vuelta enorme. No hubiera sido problema si no fuera porque yo tenía que coger un autobús.
Mi compañero se quedaba una noche más en Cracovia pero yo tenía pensado coger el autobús a Zakopane hoy a las 16:30h. Llegamos al hostal media hora antes de que salida el autobús que quería coger, y todavía tenía que comprar el billete. La web de la compañía estaba toda en polaco y las chicas de la recepción del hostal fueron muy majas y me echaron un cable. Cuando por fin terminé de comprarlo salí volando a la estación de autobuses. Por cierto, el billete me costó 21PLN (menos de 5€).
El caos del autobús
Las chicas del hostal me explicaron cómo llegar a la estación de autobuses por las galerías del centro comercial. Cuando vine a Cracovia no encontré este atajo y tuve que dar una vuelta innecesaria. Esta vez ya me situaba mejor pero cuando llegué a la estación reinó el caos.
La estación de Cracovia tiene varias plantas en función de dónde vayas (si son trayectos locales, nacionales, internacionales…) pero yo no tenía ni idea. Las galerías dejaban en la planta baja y definitivamente allí no se veía ningún autobús que fuera a Zakopane. Pregunté a la chica de la taquilla y me dijo que tenía que subir a la planta de arriba. Tenía menos de 10 minutos para encontrar el autobús.
Allí encontré una plataforma donde salían autobuses para Zakopane pero no aparecía anunciada Dworzec Online, la compañía con la que yo había reservado mi ticket. Hay muchas líneas que hacen el trayecto desde Cracovia, como FlixBus y no todas salen de la misma plataforma. A estas alturas ya quedaban menos de 5 minutos para que saliera mi autobús.
Pregunté de nuevo en la taquilla en la planta 1 y la chica apenas entendía lo que le estaba diciendo. Los viajeros que había por allí tampoco parecían saber nada. Al final, cuando ya lo estaba dando todo por perdido apareció un chico que no dudó en acompañarme a la parada. En teoría era la plataforma donde había estado antes.
Una vez allí, una chica que estaban en la cola me ayudó a comunicarme con el chófer. Le enseñó mi ticket y el señor parecía no tener ni idea de qué compañía era con la que había reservado. No sé si tuvo compasión de mi o si realmente era el bus correcto, pero me dejó entrar. Acto y seguido, nos pusimos en marcha. Os juro que no sé cómo llegué a tiempo pero supongo que fue un golpe de suerte.
Llegada a Zakopane y al hostal
Llegamos a Zakopane a eso de las 19:00h y tenía dos opciones nuevamente. Podía caminar una hora con la mochila a cuestas o coger un autobús local. Opté por la segunda.
Una chica muy amable me ayudó a encontrar la línea que me dejaba en Jaszczurówka. Mi pronunciación en polaco es pésima y tuve que enseñarle el nombre en mi móvil porque no me entendía… El trayecto me costó 3PLN (menos de 1€) y tardamos unos 10-15 minutos en llegar. Estaba cansadísima pero por suerte de la parada al hostal había menos de 5 minutos caminando.
Y, por fin… llegué al Good Bye Lenin Hostel, el que será mi hogar durante el próximo mes. Os explicaré más detalles sobre el hostal en los próximos posts para que este no se haga eterno. A modo resumen, nada más llegar conocí a Karl (uno de mis compañeros) y a mi mánager.
Durante mi estancia aquí compartiré habitación con otros dos voluntarios: Jonathan, de Estados Unidos; y Xenia, de Austria. Junto a Karl y su pareja Leah (ambos de Estados Unidos también) seremos el equipo de voluntarios. ¡Qué ganas! 😀
La cabra
Sin embargo, algo que nunca olvidaré fue el incidente de la cabra. Os cuento…
En cuanto llegué al hostal, mi manager me explicó que tenían una cabra llamada Maika. Al parecer, a la cabra no le gustan mucho las mujeres y está un poco loca. El caso es que está libre en el jardín entonces y si te ve por allí va directa hacia ti. De la puerta de la casa hasta la valla hay un camino y la cabra suele estar pululando por ahí, así que tienes que saber tratarla para poder salir sin que te haga daño.
Pues bueno… mi manager me estuvo enseñando cómo tratar con ella. Me dijo que tenía que coger un palo de madera o una escoba y apartarla del camino hasta conseguir salir. Y eso traté de hacer… Sin embargo, cuando creía que ya estaba libre, la cabra me embistió y me clavó la cornamenta ??? Menos mal que tenía a mi manager que pudo dominar a la cabra. Madre mía. No es nada grave pero vaya susto ???… Sin duda, un buen comienzo en el hostal.
Por lo que parece, la cabra ha hecho daño a otros compañeros del hostal. A partir de ahora, la van a atar a un árbol mientras la dueña esté fuera para evitar que haya problemas. Mientras esté ella la tendrán libre en el jardín de nuestro apartamento.